¿Es culpa de la mujer?
Quién es Sheryl Sandberg? Además de la jefa de operaciones de Facebook, un monstruo de 66 millones de dólares, una mujer decidida a poner patas arriba el edificio del feminismo. A sus 43 años y con un carrerón en su haber, acaba de publicar en Estados Unidos un libro/manifiesto, Lean in (Apoyarse), donde presume de conciliar trabajo y familia, y en el que se permite acusar a muchas mujeres de minar sus ambiciones antes de tiempo.
Según los extractos del libro adelantados por este diario (les invito a leer el perfil que escribió Francesc Peirón), Sandberg merece como mínimo el derecho a que la escuchen, porque abre un debate incómodo pero necesario. Su teoría es que nosotras encogemos nuestros sueños incluso antes de licenciarnos. Viene a decir que, si no volamos más alto, es por culpa nuestra. Razona que las mujeres retienen su potencial pensando en futuribles sobre su vida familiar, “abandonan antes de abandonar”... Sacrificios, renuncias. Que el viaje femenino a lo alto de la empresa tiene un problema de altitud es obvio, y que las razones son múltiples, también. No creo que Sandberg niegue la mayor. Tienen que cambiar aún muchas cosas para que el mundo deje de estar sólo pilotado por hombres y para que artículos como este o cuantos hablan de desigualdad sean una anomalía. Sandberg lo tiene todo y puede tenerlo todo, así es sencillo dar lecciones. En cualquier caso, cada vez más voces reclaman una conversación honesta sobre las causas de que tantas mujeres con talento se queden en el camino.
Sandberg habla de que ellas no deben menospreciar ni subestimar sus capacidades, ni dejar de pelear por un empleo o por un salario, ni pedir lo que es justo o lo que necesitan. Suena bien..., pero no es fácil. Un abordaje de la discriminación de género desde esa perspectiva no puede perder de vista ni la libertad de elección ni el derecho de la mujer a llegar a ser tan brillante o tan estúpida como un hombre.