Ortega Cano: “Que sea lo que Dios y la justicia quieran”
Visto para sentencia. El futuro inmediato del extorero José Ortega Cano queda en manos de “Dios y de la justicia”. De esa forma resumió su situación el acusado de la muerte de Carlos Parra en un accidente de tráfico protagonizado por el popular matador de toros. En sus palabras fina- les al concluir el juicio, Ortega Cano intentó adoptar el papel de víctima. “Llevo casi dos años pasando un calvario. Que sea lo que Dios quiera y la justicia dictamine”, concluyó.
El balance de las cinco sesiones de este juicio no permite albergar muchas esperanzas al diestro, para el que la Fiscalía y la acusación piden cuatro años de prisión. El fiscal expuso en sus conclusiones una serie de pruebas contundentes: varios testimonios que acreditan que esa tarde bebió alcohol, la declaración de conductores que describieron su conducción como temeraria y la reconstrucción del accidente, que evidenció que no se pudo producir por un desvanecimiento, como esgrimió su abogado. El informe de la Guardia Civil dice que conducía a 125 kilómetros por hora. El fiscal argumentó esas pruebas como suficientes para condenarle y resaltó que, por si aún fuera poco, existe el análisis de sangre que señala que conducía con una tasa de alcohol de 1,26 gramos por litro. La defensa se ha basado en desacreditar el análisis de sangre y negar la responsabilidad penal del diestro en el accidente.