“Estas palabras parecen una cosa de niños”

El seleccionador nacional, Vicente del Bosque, afirmó anoche, en declaraciones a la cadena Ser, que las palabras de Mourinho parecen “una cosa de niños” y que no le importan lo más mínimo porque ahora tiene “cosas más importantes de las que preocuparse”. Si Mourinho buscaba, pues, otro enemigo, no ha tenido éxito.

Del Bosque no se sumará a una larga lista: el Barcelona, Guardiola, Tito Vilanova (al que el portugués llamó “Pito no sé qué” tras meterle el dedo en el ojo), los árbitros (“Ovrebo, De Bleeckere, Busacca, Stark, ¿por qué, por qué?”), la UEFA que le multa, la prensa (sobre todo As y Marca), Dani Alves, los entrenadores rivales, el que pone los horarios en la Liga, su club cuando no le defiende ni le deja ser el seleccionador de Portugal por un partido, la afición del Bernabeu que no anima ni se gasta la pasta para viajar con el equipo, Jorge Valdano, Zinedine Zidane, Sara Carbonero o Alberto Toril, el entrenador del Castilla, que margina a los pocos canteranos que le gustan. Son algunos de los caballos de batalla de José Mourinho en su cruzada personal por la “limpieza” del fútbol en estos casi tres años plagados de conflictos en el Real Madrid. A todos estos enemigos Mourinho vino a sumar esta semana uno nuevo y muy poderoso: la FIFA, según él capaz de amañar en su perjuicio la elección del mejor entrenador del 2012. La FIFA, sí, pero Del Bosque, no.