Barcelona hereda
El juez entrega las llaves del palacete de Muñoz Ramonet al Ayuntamiento de Barcelona Falta por conocer qué queda de la imponente colección de arte del polémico empresario
Ha costado 22 años, pero al final Barcelona ha recibido la herencia a la que tenía derecho. El pasado día 25 de julio, el juez entregó las llaves del palacete del marqués de Alella al Ayuntamiento, cumpliendo así el testamento del último propietario de la finca, el polémico empresario Julio Muñoz Ramonet, que legó el edificio a una fundación que llevará su nombre y estará gestionada por el Consistorio. La intención municipal es convertir la finca en un equipamiento cultural, quizás una biblioteca, abierta a todos los ciudadanos. Pero falta por conocer un aspecto muy importante: las últimas voluntades cedían también a Barcelona el contenido del edificio, donde estaba depositada una importantísima colección de arte y que aún no se sabe si ahora está allí.
Este es un relato en el que con- fluyen tres historias: la de un edificio, la de una colección de arte y la de un poliédrico personaje de la Barcelona de la posguerra; y además aderezadas con ingredientes que darían para un culebrón, como las noticias de la alta sociedad, los vaivenes de la fortuna y los tejemanejes poco ortodoxos. El caso es que Julio Mu- ñoz Ramonet falleció en Suiza en el año 1991, dejando su palacete de la calle Muntaner con Avenir y todo su contenido a una fundación que llevaría su nombre y estaría gestionada por el Ayuntamiento de Barcelona. Sin embargo, el Consistorio no se enteró de que era un rico heredero hasta 1994, cuando supo de la existen- cia del testamento. Y entonces se iniciaron los pleitos entre el municipio y los descendientes de Julio Muñoz Ramonet. El peregrinaje judicial ha pasado por Suiza, un juzgado de Barcelona, la Audiencia Provincial y el Tribunal Supremo, quien en marzo del 2012 declaró que el Ayuntamiento era el legítimo heredero. Desde entonces, los letrados de la familia han seguido interponiendo recursos para que no se ejecutara la sentencia, pero el juez encargado de tramitar la ejecución dio por cerrado el proceso y dio
finalmente las llaves del palacete al Ayuntamiento el 25 de julio.
Jaume Ciurana, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, explicó que personal del Consistorio ha entrado en el edificio, ahora bajo custodia municipal. La intención del Ayuntamiento es destinar la finca y sus jardines a un equipamiento cultural que esté abierto a todos los barceloneses. Hace unos meses se dijo que podía tratarse de una biblioteca, aunque esto aún no está decidido. De momento, los técnicos están evaluando el estado del inmueble y Parc i Jardins se ha hecho cargo del mantenimiento del parque que circunda la finca.
Pero tan importante como el continente era el contenido, también incluido en el legado. Julio Muñoz Ramonet se hizo con la colección de arte que acumuló el mecenas Ròmul Bosch i Catarineu, que tras numerosas peripecias cayó en manos del peculiar empresario por un precio irrisorio. Luego la incrementó.
Hay hasta tres inventarios de lo que pudo ser la colección de Muñoz Ramonet. Montse Fernández Esparrach, licenciada en arte, hizo un estudio sobre el repertorio Bosch i Catarineu y llegó a la conclusión de que sumaba 2.535 piezas, entre las que había lienzos, esculturas y restos arqueológicos. Hay documenta- ción que prueba que Muñoz se hizo con 225 ellas en 1950. Uno de los inventarios que constan en el pleito judicial señala que el empresario reunió finalmente 758 pinturas y 67 objetos y esculturas. Los autores serían codiciados por cualquier museo del mundo: Goya, Greco, Fortuny, Madrazo, Zurbarán, Delacroix, Murillo, Sorolla, Veronese, Tiziano....
Ciurana explicó que en el interior del palacete se han encontrado numerosas obras de arte, que ahora están siendo catalogadas a fin de conocer el grado de coincidencia con los registros. Seguro que todo no está, porque al menos dos cuadros están bajo custodia judicial en Madrid. Se trata de un Greco ( La anunciación) y un Goya ( La aparición de la Virgen del Pilar), que fueron incautados en el 2011 por la Guardia Civil en Alicante cuando iban a ser vendidos. Ambos pertenecían a la colección Muñoz Ramonet y también han sido reclamados judicialmente por el Ayuntamiento de Barcelona. Además de la pintura, el Consistorio ha encontrado más cosas en el palacete: muebles, menaje... Ahora todo se está relacionando. Es evidente que reunir este repertorio de pinturas supondría un valor añadido extraordinario para la ciudad. Baste recordar que más de un millón de personas visitan anualmente el Museo ThyssenBornemisza de Madrid.
El propio edificio tiene un gran valor. Es obra del arquitecto Enrique Sagnier i Villavecchia y fue levantado entre 1912 y 1914 por la empresa constructora de los hermanos Pàmies. Fue decorado con pinturas de Sert y los jardines que lo circundan fueron diseñados por Nicolau Maria Rubió i Tuduri, quien también dibujó los jar-