Los observadores secuestrados en Ucrania “están vivos”
Los dos equipos de observadores de la OSCE secuestrados en el este de Ucrania “están vivos y bien”, según Lamberto Zannier, secretario general de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. Zannier desconoce sin embargo su paradero. Un primer equipo desapareció el 26 de mayo en la región de Donetsk y otro en Luhansk el 29 de mayo junto a su intérprete ucraniano. La OSCE, con 200 observadores internacionales y 80 colaboradores locales, está sufriendo una sangría en Ucrania. Siete observadores permanecieron ocho días secuestrados por las milicias prorrusas en Sloviansk, hasta el pasado 3 de mayo. Otros once fueron brevemente detenidos el 28 de mayo en la región de Donetsk. Esta situación hace muy difícil confirmar o desmentir los acontecimientos en el este ucraniano. El ejército lanzó ayer su enésima ofensiva, con apoyo aéreo, sobre Sloviansk y habría atravesado posiciones rebeldes. Sin embargo, según el líder insurgente de Sloviansk, Viacheslav Ponomarev, los prorrusos habrían derribado un avión de combate y un helicóptero artillado, algo que niega el ejército ucraniano. En opinión del secretario general de la OSCE, lo que resulta evidente es que se requiere un mejor control de la frontera para evitar la infil- tración de individuos armados desde Rusia hacia Ucrania, un hecho cada vez más notorio. Así, Lamberto Zannier señaló la “responsabilidad” de Rusia en la vigilancia de la frontera. No obstante, el Ministerio de Defensa ucraniano afirma que su ejército está logrando rodear a los insurgentes en todo el territorio del Donbass –Donetsk y Luhansk–, un proceso que según algunos observadores va demasiado lento.