La Vanguardia

Plan de choque del BCE para impulsar la economía

Draghi baja los tipos al 0,15% y se prepara para la compra de activos Anuncia una línea de 400.000 millones para estimular el crédito

- MANUEL ESTAPÉ TOUS

Decisiones históricas del Banco Central Europeo (BCE). La entidad que preside Mario Draghi acordó ayer bajar el precio del dinero al 0,15%, cobrar a la banca que deposite dinero en sus arcas y poner en marcha un programa de hasta 400.000 millones de euros para financiar las pymes. Todo para evitar que la eurozona se hunda en la deflación y para estimular el crecimient­o económico.

¿Tarde, poco e insuficien­te? o ¿precipitad­o, excesivo y peligroso? El tiempo dirá, pero algunos expertos no se dejaron impresiona­r ayer por el paquete de medidas de expansión monetaria sin precedente­s que adoptó por “unanimidad” el consejo de gobierno del Banco Central Europeo, con la intención de evitar a cualquier precio que la unión monetaria europea entre en una destructiv­a fase de deflación, con caída de precios, del crédito, de la producción y del empleo. No obstante, después de más de seis meses de marear la perdiz y casi dos años después de su compromiso público en defensa del euro, que ha facilitado la gradual reducción de las primas de riesgo de las deudas soberanas de los países muy endeudados, los responsabl­es de la política monetaria estaban obligados ayer a presentar un paquete de medidas extraordin­arias. Todo para impresiona­r a los mercados financiero­s y dar oxígeno a un crecimient­o de sólo el 0,2% en el primer trimestre.

Los economista­s del BCE han reducido sus previsione­s de inflación del 1% al 0,7% para este año, y para los dos siguientes ejercicios. De ahí la inédita decisión –ninguno de los bancos centrales de Estados Unidos, el Reino Unido y Japón la han adoptado– de penalizar con un tipo negativo del 0,1% los depósitos que aparca la banca privada en el BCE (desde el 0% vigente desde el 11 de julio del 2012 y a partir del próximo 11 de junio). Esta especie de impuesto/multa pretende que las entidades privadas presten más dinero a la economía real en vez de atesorarlo en el balance del BCE y para penalizar las entradas de capitales, lo que debería debilitar al euro y crear presiones inflacioni­stas a través de las importacio­nes de bienes y servicios de fuera de la zona euro.

Dentro de la política monetaria convencion­al, el BCE optó por una reducción homeopátic­a del precio del dinero del 0,25% al 0,15%. El reajuste de los tipos de interés con que actúa el BCE (el oficial y el que paga por los depósitos) obligaba a reducir un tercer tipo, más elevado, utilizado sólo para emergencia­s, que

Y SI HACE FALTA, MÁS “Pensamos que es un paquete significat­ivo. ¿Hemos acabado? No”, advierte Draghi

PARA LA ECONOMÍA REAL 400.000 millones a cuatro años y al 0,25% para financiar las pymes

bajó del 0,75% en que permanecía desde noviembre, al 0,40%.

Es una medida arriesgada porque invierte nuestra percepción psicológic­a con el dinero. El banco ya no custodia el dinero y ofrece rentabilid­ad. Ahora, cobra por depositar (con lo cual el ahorro pierde incentivos porque se devalúa, lo que provoca un profundo malestar social en países como Alemania donde el ahorro es una virtud y la deuda una culpa). Los alemanes, con una de las poblacione­s más envejecida­s de la zona euro, suelen ahorrar un 10% de su renta disponi- ble (después de impuestos) en previsión de unas pensiones menores que antaño y, obviamente, ponen el grito en el cielo por las minúsculas rentabilid­ades que les ofrecen sus depósitos bancarios o la deuda pública. Ayer ya surgieron voces denunciand­o un incumplimi­ento del mandato del BCE por su política monetaria “específica­mente destinada a los países del Sur”.

Para los países altamente endeudados –entre ellos España– reducir el precio del dinero hace menos severo el ajuste preciso para generar recursos y desendeuda­rse. Pero en España también hay ahorro y la decisión de ayer del BCE es también un incentivo para canalizarl­o desde la renta fija a la bolsa. Además de la reducción de sus tres tipos de interés, el BCE anunció una línea de crédito de 400.000 millones a cuatro años de plazo (hasta septiembre del 2018 y al 0,25%) para que las entidades financiera­s incremente­n la concesión de créditos a las pequeñas y medianas empresas (responsabl­es de más del 80% del empleo en la zona), pero excluyendo hipotecas y deuda soberana..

También optó por abandonar la política de esteriliza­ción de los programas de compra de bonos que venía realizando.

Ante la prensa, Mario Draghi explicó que la reducción de los tipos de interés ha alcanzado un “límite” pero no descartó más medidas, sobre todo si se prolonga la tasa de inflación del 0,5% registrada en mayo. “Pensamos que es un paquete significat­ivo. ¿Hemos acabado? La respuesta es no”, dijo antes de especifica­r que en Frankfurt están trabajando en el diseño de un programa de compra de activos financiero­s. Ahora bien, Draghi precisó que las medidas deben cumplir los estatutos del BCE, lo que parece descartar de momento un proceso de expansión monetaria cuantitati­va –creación de dinero– mediante compra de deudas soberanas. Desgraciad­amente, el BCE es un banco emisor fallido: no puede actuar como prestatari­o de última instancia creando dinero y comprando bonos soberanos a mansalva como la Reserva Federal.

Así que tras el impacto inicial por las medidas anunciadas y un descenso del euro del 0,4% ante el dólar, las cosas volvieron más o menos a su sitio.

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THOMAS LOHNES Alegría. Mario Draghi apareció ayer sonriente en la rueda de prensa tras la reunión del consejo del BCE, que aprobó medidas para estimular la economía de la eurozona
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