Obama quiere que Gran Bretaña siga unida y en la UE
El presidente de EE.UU. reclama a Bruselas que evite la salida del Reino Unido
Barack Obama se mojó ayer para apoyar a su socio David Cameron, ya que se manifestó contrario a la independencia de Escocia y a favor de la permanencia de Gran Bretaña en la UE. “Me cuesta imaginar que el proyecto europeo vaya a ir bien sin el Reino Unido”, afirmó Obama tras la cumbre del G-7.
David Cameron echó ayer mano del primo americano para tratar de decantar a su favor dos debates que se le pueden ir de las manos: el referéndum de independencia de Escocia y la permanencia de Reino Unido en la UE.
Al término de la cumbre del G-7 en Bruselas, Barack Obama rompió por primera vez con la exquisita neutralidad con que, hasta ahora, había observado el referéndum escocés. El presidente de Estados Unidos opinó. Y lo hizo para dejar claro que el interés de su país es que Gran Bretaña siga siendo un aliado “fuerte y unido” –y con silla en la UE–, aunque entienda que “son decisiones que debe tomar la gente de allí”.
“Reino Unido ha sido un socio extraordinario para nosotros. Al menos desde fuera, creo que las cosas han funcionado bastante bien” en el país, declaró Obama en una rueda de prensa conjunta con David Cameron en Bruselas. “Obviamente, nosotros tenemos un gran interés en que uno de los más estrechos aliados que jamás tendremos siga siendo un socio fuerte, unido y eficaz”, argumentó el presidente.
Las declaraciones de Obama se producen días después de que otros aliados de Londres, como los ministros de Exteriores de Suecia y Dinamarca, hayan advertido de que Escocia deberá seguir un estricto proceso para ser admitido en la UE, descartando así la vía exprés que defiende el líder independentista Alex Salmond, que ayer respondió con un “yes we can” (sí, podemos).
La intervención de Obama en el debate independentista escocés fue acogida por los defensores del proceso como una muestra de que no avanza en la dirección que Londres esperaba, aun-
ADIÓS A LA NEUTRALIDAD Obama: “Tenemos interés en que nuestro gran aliado británico siga unido”
EL OTRO FRENTE DE CAMERON El líder de EE.UU. llama a la UE a velar por que el Reino Unido siga dentro del club
que las encuestas siguen dando la victoria al no a la secesión. No parece que los comentarios sobre un asunto tan sensible fueran fruto de la improvisación. Por la mañana Cameron y Obama habían mantenido una larga reunión bilateral, explicaron fuentes diplomáticas, en los márgenes del G-7.
Pactados los mensajes que los líderes de los países más industrializados del planeta iban a lanzar hoy a Vladímir Putin durante los actos conmemorativos del desembarco de Normandía (hay una oportunidad para la diploma- cia con el nuevo Gobierno de Kíev, aprovéchela, le dirán), la cita resultó escasa de contenido y dio margen a los líderes de Reino Unido, Alemania, Italia y Francia para intentar ponerse de acuerdo sobre quién debe presidir la próxima Comisión Europea.
Cameron se ha puesto a sí mis- mo y a la Unión Europea en una difícil situación al convertir en un casus belli tumbar la candidatura de Jean-Claude Juncker, el candidato oficial de la familia conservadora europea, a la que los tories ya no pertenecen. En realidad, no todos los demás países apoyan al ex primer ministro luxemburgués; no sólo porque sea un federalista, sino porque sentaría el precedente de que el Parlamento decida el presidente de la Comisión, un salto federalista excesivo para Londres y otras capitales. Si eligen a Juncker, nos iremos de la UE, ha venido a decir Cameron a Merkel. Anteanoche ambos abordaron el asunto hasta altas horas de la madrugada en la embajada británica.
Obama también trató de echarle una mano lanzando mensajes tanto al resto de la UE, dividida sobre hasta qué punto debe ceder ante Cameron, como a la opinión pública británica, polarizada sobre la permanencia en la UE. La refriega es europea pero puede tener efectos más allá de la UE. Para nosotros, dijo Obama, “siempre es alentador saber que Reino Unido tiene una silla en la mesa del gran proyecto europeo. Me cuesta imaginar que ese proyecto vaya a ir bien sin Reino Unido. O que sería bueno para Reino Unido quedarse fuera de decisiones que afectan enormemente a su vida política y económica. Estoy seguro de que el pueblo británico tomará la decisión correcta”.