Suciedad asegurada
Unos investigadores hallan polución peligrosa cerca del Ecoparc-2 de Montcada
Investigadores de la Rovira i Virgili cuestionan la calidad de aire en el entorno de las plantas de reciclado de residuos domésticos urbanos.
Investigadores de la Universitat Rovira i Virgili en Reus han detectado niveles muy elevados de formaldehído –sustancia potencialmente cancerígena– y otros compuestos orgánicos volátiles (COV) en zonas próximas a la planta de reciclado de residuos urbanos de Montcada i Reixac (Ecoparc-2).
El estudio lo publica la revista En
vironmental Research.
El equipo de investigadores, dirigido por el catedrático de toxicología Josep Lluís Domingo, ha encontrado en el entorno de la planta valores de entre 4 y 5 microgramos por m3 de formaldehído. Es decir, “niveles mucho más altos que los detectados en zonas típicas urbanas de diversos países europeos de nuestro entorno”, explica Martí Nadal, coautor del estudio. Esta sustancia puede ser nociva a partir de 1 microgramo por m3, añade.
El estudio apunta al ecoparque de Montcada, en donde la materia orgánica (residuos de cocina) se convierte en compost y biogás (electricidad) y se reaprovechan el resto de fracciones.
La investigación analizó en el 2010 y 2011 la calidad del aire alrededor de la planta, para determinar los niveles de contaminan- tes químicos y microbiológicos (hongos y bacterias). Y los resultados son “alarmantes”, al situarse por encima de los recomendados por distintos organismos internacionales, dice Nadal.
También se evaluaron los riesgos que los valores de formaldehído pueden comportar para la salud de la población. Y las conclusiones indican que “existe un cierto riesgo de sufrir cáncer además de padecer otros efectos adversos para la salud”, dice Nadal. Igualmente se detectaron otros COV que superan los valores recomendados por organismos oficiales, sobre todo en invierno.
“No nos esperábamos estos valores. Los niveles de formaldehído alrededor del Ecoparc-2 son mayores a los que hemos encon- trado en zonas próximas a plantas incineradoras y otras industrias químicas”, añade Martí Nadal. La información disponible hasta ahora sobre los potenciales riesgos para la salud junto a los ecoparques es “extraordinariamente limitada”, sostiene. “La Administración debe mo
jarse, y analizar si esta es la mejor manera de gestionar los residuos. Si es así, habría que aplicar medidas para evitar cualquier problema de salud pública”, dice Nadal, quien pide intensificar estudios en esta y otras plantas, e identificar los posibles focos de emisión.
Gloria Sánchez, técnica de prevención y gestión de residuos del Área Metropolitana (entidad responsable de la planta), replicó que el estudio “tiene incongruencias”, y que “no está demostrado que el origen (del formaldehído) sea el Ecoparc-2 de Montcada”.
Los investigadores –prosigue– analizaron los COV en la chimenea del ecoparque, y “no se detec-
El estudio concluye que hay riesgo de que la población sufra efectos adversos en su salud
tó formaldehído”. “No fueron capaces de correlacionar las concentraciones de COV en la chimenea con los datos que encontraron de inmisión en la atmósfera”. Por eso, “no está demostrado que el Ecoparc-2 sea el responsable, puesto que el área analizada es un polígono industrial. Y hay muchos otros focos de emisión”.
Francesc Xavier Roca, director del Laboratori del Centre de Medi Ambient de la UPC, sostiene que los niveles de formaldehído detectados “no son preocupantes”. “Son valores normales para un área urbana, y, además, se han medido en una zona industrial”.
Martí Nadal replica a Glória que sólo se cogió una muestra de la chimenea y discrepa radicalmente con Roca.