Máxima tensión entre Obama y Hollande
La supermulta, de hasta 10.000 millones de dólares, que Estados Unidos amenazan con imponer al banco francés BNP Paribas tensó ayer al máximo los contactos entre Barack Obama y François Hollande. “Yo no levanto el teléfono y llamo al fiscal para decirle cómo juzgar los casos”, replicó el presidente de Estados Unidos a la demanda de su homólogo francés de que intervenga para facilitar un entendi- miento entre las autoridades judiciales y el banco para evitar una sanción mayor de lo esperado y que, dicen, puede ser desastrosa para todo el sistema financiero francés. El presidente de Estados Unidos “no se mezcla” en estas cosas, añadió Obama, enfatizando el choque cultural que hay tras el caso. La filial estadounidense de BNP Paribas está acusada de hacer operaciones con países como Sudán, Cuba o Irán, violando los embargos decretados por Washington. Hollande ha sugerido que el caso podría complicar la firma del acuerdo comercial entre la UE y EE.UU. Obama también reprochó a París que siga vendiendo armas a Vladímir Putin pese a la crisis de Ucrania. Hollande debía cenar dos veces anoche: la primera, con Obama y la segunda, con Putin. Difícil saber cuál de las dos cenas le resultó más difícil de digerir.
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