‘Namasté’ hindi, ‘bye-bye’ English
El primer ministro indio, Narendra Modi, reivindica el idioma hindi y relega el inglés
El nuevo jefe de Gobierno de India entierra la penúltima rémora colonial al priorizar el hindi frente al inglés en sus contactos internacionales. No en vano Narendra Modi es el primer político indio que llega a lo más alto sin necesidad de articular una palabra en inglés. Le ha bastado con su dominio del guyaratí, en su estado, y del hindi en el resto de India. A diferencia de sus antecesores, Modi cree que la lengua vernácula no solo sirve para los mítines, sino también para su labor de primer ministro y para la proyección de India.
Los primeros en darse cuenta fueron los jefes de Gobierno del sur de Asia, a los que hace unos días invitó a su toma de posesión. Rompiendo con la tradición, Modi desechó el inglés y se dirigió a sus interlocutores en hindi, incluso en los encuentros personales. En algunos casos –Sri Lanka, Maldivas, Mauricio– con ayuda de un traductor, y en el resto –Pakistán, Nepal, Bangladesh, Afganistán y Bután– sin necesidad de ello. De hecho, el pakistaní Nawaz Sharif estaba encantado de corresponderle en urdu: misma lengua, distinto alfabeto.
La decisión de Narendra Modi tiene una parte de afirmación nacional. “Hindi, hindú, Hindustán” era hace décadas el lema del movimiento ideológico al que pertenece. Pero también hace de la necesidad virtud, porque si bien es cierto que se defiende en la lengua de Shakespeare, su fuerte acento le delata como alguien ajeno a la élite tradicional india.
Narendra Modi no es el primero en descubrir que hablar la lengua del pueblo da votos. También los cuadros universitarios del Partido de la Gente Corriente responden en hindi en televisión para llegar a más gente. No siempre ha sido así. Cuando hace unos años se conmemoró el motín aplastado por los británicos en 1857, todas las autoridades se expresaron en inglés. El vicio es de origen: el discurso radiofónico con el que Nehru anunció la independencia de India fue en un inglés pedante que pocos entendieron. En cierto modo, la élite bramánica, cuando ya no pudo sustentar su dominio social en el sánscrito, se pasó con armas y bagajes al inglés. Antes, durante cinco siglos, otra lengua extranjera, el persa, fue el idioma de la corte, por lo que la toma de posición de Modi es histórica.
En la toma de posesión de su gabinete, solo nueve de los 45 ministros juraron en inglés. Mientras que ayer, en la jura de los diputados en la cámara baja, se oyeron al menos siete idiomas distin-
El paso de Modi al defender un idioma que hablan mil millones de personas es histórico en India
tos, incluido el sánscrito en boca de la ministra de Exteriores, Sushma Swaraj.
A pesar de que el hindi-urdu es una lengua comprendida por unos mil millones de personas, su proyección hasta ahora ha sido escasa, ya que sus propios hablantes han identificado la modernidad con el inglés, algo que no ha ocurrido en otras naciones de Asia. Sin embargo, como escribe el ensayista Pavan K. Varma, “un pueblo que considera la lengua de otro como propia termina convirtiéndose en una caricatura”. La falacia del inglés como “lengua de India” empieza a desmontarse desde dentro.