Saltar la valla
Por su brutal similitud, ver saltar a los inmigrantes las vallas de Ceuta y Melilla me recuerda a las imágenes de los documentales referidos a las grandes migraciones de ñus. Y es que, al igual que la inteligencia colectiva de los ñus les compele a cruzar los grandes ríos, a saltar a la otra orilla en busca de pastos abundantes y frescos, la lucha por la supervivencia de los inmigrantes africanos también les empuja a encontrar nuevos territorios de verde esperanza.
¡Son tan semejantes los azares que animales y personas corren en tan cruel aventura! Si a los ñus les esperan las fauces de leones y cocodrilos en la travesía de las corrientes fluviales, a los inmigrantes africanos les aguardan los rigores del desierto, vallas prominentes que casi rozan el cielo y rollos de alambre dentado que llamamos concertinas; dientes de acero que no dejan de ser nuestros dientes: los dientes que enseñamos y utilizamos para herir y matar, si es preciso, a los que pretenden, por necesidad, pasar al lado de los afortunados. PEDRO SERRANO Valladolid