IDEAS con futuro
Emprendeduría ya no es una palabra mágica, no todos los proyectos valen Las iniciativas que sobreviven ganan en dosis de realidad y sentido empresarial
Marc Torras tiene claro por qué se hizo emprendedor. “Quería trabajar menos”, explica recién aterrizado de China para dar una conferencia en el salón de emprendedores BizBarcelona. En el año 2000 se marchó al país asiático con su novia, Ana, para vivir una aventura. Crearon una de las primeras empresas españolas de exportación en China. Pasaron de malvivir a facturar 10 millones de euros. Salim Ismail (el de la foto) está considerado uno de los gurús del mundo de la innovación. Fundó y dirige la Singularity University en Sillicon Valley donde trabajan proyectos que han de beneficiar al menos a mil millones de personas. Ismail acu-
dió al salón para hablar de innovación. Marc compartió escenario para explicar su historia, de cómo creó una empresa en China para ofrecer a las empresas españolas que fabricaran allí cuando no había ninguna. Y de cómo hace un año, con una nueva empresa, lidera el mercado español de impresoras en tres dimensiones.
El BizBarcelona ha sido en su cuarta edición un escaparate de la emprendeduría, un concepto que sigue siendo recurrente en el mundo empresarial, pero que ya no es una palabra mágica que sirve para todo. Ha comenzado a desinflarse, aunque a la vez ha
A los problemas para acceder a la inversión se suma una competencia feroz Los vocacionales conviven con los que se autoemplean como solución a la crisis
madurado. Los emprendedores tienen cada vez más claro lo que hacen. Muchos se han quedado en un camino que no es fácil, ya no sólo por el acceso a las inversiones, sino también porque la competencia es mayor. Sobreviven los proyectos realistas, las ideas dotadas de un sentido empresarial.
“Nosotros llegamos a China en un buen momento, cuando no había nadie. Tan pronto que, de hecho, hasta el 2003 lo pasamos mal –recuerda Marc–. Eso sí, estuvimos en el lugar oportuno en el mejor momento. Y ahora, una nueva empresa, la de las impresoras en tres dimensiones. Es que tenía que hacer algo. aunque esté trabajando más horas de las que me gustaría”, dice sonriendo.
“Siempre han habido dos tipos de emprendedores: quien tiene un proyecto y no le importa dejar su trabajo porque cree en ese proyecto y quien de alguna forma se ve empujado como fórmula de autoempleo”, constata Juli Bou, de 59 años, cuya vida laboral es una alternancia entre trabajos en multinacionales con proyectos propios.
La crisis ha creado una fiebreburbuja, por ejemplo, de aplicaciones móviles, algunas muy buenas ideas que obvian cómo conseguir ingresos y la estructura empresarial. “De los fracasos se aprende mucho, pero el componente empresarial es básico”, asegura Juli, que ha creado Smart Headband junto a Xavier Olivella, de 50 años, informático y otro innovador histórico. ¿De qué se trata? Es una diadema de algodón que incluye sensores para captar las ondas cerebrales y que a través de bluetooth interactúa con un software compatible con el sistema operativo de cualquier tableta. “Son juegos con los que ejercitar el cerebro y tratar el TDAH, el trastorno de déficit de atención con hiperactividad”, apunta Xavier. Un hijo de Juli tiene diagnosticada esta patología. “El futuro es la tecnología BCI, el
que el cerebro sirva para mover lo que esté allí o aquí, que cuando quieras que se suban las persianas, se suban. Hay tantas cosas que se pueden hacer...”, señala Juli con unos ojos enormes. “Ahora hay emprendedores jóvenes muy buenos, que tienen las ideas más claras, más de lo que las teníamos nosotros al principio. Hay que hacer cosas en las que uno cree”, añade Xavier.
En medio de la feria pasea uno de esos emprendedores jóvenes: Rosendo Garganta, 29 años, ganador de premio Emprenedor XXI de la Caixa. Su empresa, Devicare, ha creado un pequeño bote que permite hacer pruebas de orina en casa. Indicado para personas con piedras en los riñones, permite saber si el usuario corre algún riesgo de sufrir molestias. “El bote es para siempre, la batería, eso sí, dura unos 400 usos, pero cuando se acaba tan sólo hay que cambiar la pila”, apunta Rosendo. El precio de venta al público recomendado ronda los 100 euros. “Es una idea del doctor Félix Grases, de la Universitat de les Illes Balears. Parte de los royaltis van a la universidad y el doctor renuncia a la mayoría de los suyos para que también vayan al centro universitario. Un genio, una de esas personas que hacen que la sociedad sea mejor”, añade Rosendo con humildad, aunque ha sido él quien ha dado a la idea forma de empresa, ahora con cuatro empleados y, dentro de poco, con ocho. Está cerrando tratos con laboratorios de todo el mundo. “Creé una empresa también de ámbito sanitario que fue absorbida por un laboratorio. He trabajado para otros, pero lo que me motiva es esto”, apunta.
Marc Sallent tiene 36 años y es el fundador de AudioSnaps junto a Daniel Rocasalbas, de 40. Su proyecto: fotos que incorporan (dentro del mismo formato .jpg) cinco segundos de audio. Tienen la patente mundial de algo muy simple, pero que no existía. Ya han conseguido en una primera ronda de inversión 150.000 euros tras nacer con unos 40.000 euros. Ahora abren la segunda por 600.000, con la que esperan expandirse mundialmente. Acaban de llegar a un acuerdo con la multinacional Sony.