Artistas del papel en el escaparate
Zim & Zou muestran su obra en la tienda de Hermès
Ésta es una de las pocas ciudades del mundo donde Hermès exhibe sus escaparates diseñados por artistas. Si se ha incluido Barcelona en este proyecto es porque valoran su carácter cultural y artístico, explican en la firma.
La vitrina de esta temporada, inaugurada en la tarde de ayer y visible hasta mediados de agosto, es obra de dos jóvenes franceses que responden al nombre artístico de Zim & Zou y que han elaborado muebles y objetos con la emblemática piel de la firma. “Es una especie de personalización de un zorro”, explica Thibault Zimmermann, uno de los autores, “y lo hemos situado en lo que podría ser el salón de su casa, con cuadros en las paredes que representan las fotografías de su vida”.
Es la cuarta vez que Hermès da ese carácter especial a su tienda del paseo de Gràcia. En la edición del 2011 fue el grafitero Kongo quien lo vistió; al año siguiente, la artista española Pamen Pereira; y en el 2013, el fotógrafo Chema Madoz. Esta vez los autores son Lucie Thomas y Thibault Zimmermann, ambos de 25 años de edad, y que ya han colaborado otras veces con Hermès. Les relaciona, dicen, el carácter arte- sanal del trabajo de ambos, “y nos ha enseñado mucho comprobar el cuidado que la marca pone hasta en el más mínimo detalle”.
Con cierta timidez, esta pareja que se han formado en diseño gráfico, explica que todo cuanto se puede ver a través de la cristalera de la tienda lo han hecho con sus propias manos. Un mes y medio es el tiempo que han dedicado a montar los pequeños cuadros, los muebles, las cortinas y el objeto estrella, un zorro de tamaño natural, cuyo pelo está hecho con pequeñas piezas de cuero, re- cortadas y pegadas una a una.
Aunque han descubierto las muchas posibilidades de la piel para los objetos que realizan, el material con el que empezaron, y que aún sigue siendo su preferido, es el papel. “Es versátil y con muchas texturas, asequible y puede adoptar muchos colores y formas”, explica Zimmermann. Y su compañera, Lucie Thomas, da pistas sobre sus motivaciones al contar que procede de una zona de Francia donde “hay muchos bosques y fábricas de papel. En una de ellas trabajaba mi abuelo, que solía traernos los restos que no pasaban los controles de calidad”. Así que, de niña, se acostumbró a hacer manualidades.
Los primeros trabajos que hicieron ya con carácter profesional eran reproducciones exactas, en papel y con colores vistosos, de objetos tan cotidianos como una cámara de fotos o una cinta de casete. “Los dimos a conocer a través de internet y empezamos a recibir los primeros encargos, especialmente de publicidad”. Ahora están encantados de haber tenido la oportunidad de mostrar su lado más artístico. “Cuando trabajamos en publicidad, nuestros objetos sólo pueden verse a través de vídeo o fotografía y ahora los mostramos tal y como son en realidad”, concluye Thibauld Zimmerman.