Ni de aquí, ni de allá
El hijo del otro Dirección: Lorraine Lévy Intérpretes: Emmanuelle Devos, Pascal Elbé, Jules Sitruk, Mehdi Dehbi Producción: Francia, 2012. T.O.: Le fils de l’autre. 105 m. Drama.
LLUÍS BONET MOJICA
Como ya advirtió el poeta Rainer Maria Rilke: “La verdadera patria del hombre es su infancia”. La única, efectivamente, aunque nos empeñemos (o se empeñen) en lo contrario. Pero trasladar esta definición al terrible conflicto palestino-israelí entrañaba un severo riesgo. Lo afronta la francesa Lorraine Lévy, actriz de teatro y guionista, que en su segundo largometraje como directora ha transformado en imágenes –y no era fácil– la novela de su hermano Marc Lévy, empresario de éxito que hace años decidió reconvertirse en escritor de libros muy vendidos en Francia.
Este éxito ha motivado que la crítica mire con cierto recelo tanto el libro como luego la fraternal traslación fílmica efectuada por Lorraine Lévy. Utilizar la intimidad familiar para semejante tema no era fácil. Parte del intercambio accidental de dos bebés, uno israelí y otro palestino, debido al bombardeo que obligó a la evacuación del hospital durante la guerra del Golfo. Hecho que sólo será descubierto cuando un examen médico para ingresar en el ejército israelí detecta que el aspirante no es hijo de sus padres.
El inevitable reencuentro entre el joven israelí que creció en el seno de una familia palestina, y viceversa, convierte la historia en metáfora de la situación política. Como dice uno de ellos: “Mi identidad también es la familia en la que nací”. Esta película sin aparentes ambiciones, lo que constituye su mayor mérito, no cae en el dramón familiar o la soflama ideológica. Depara una visión cotidiana del odio absurdo que puede separarnos a causa de integrismos religiosos, manipulación política y falseamiento histórico.