La Vanguardia

Familias y pymes, las beneficiad­as

Los analistas desgranan el plan de Draghi

- SERGIO HEREDIA

Ayer a mediodía, mientras el BCE hacía público el paquete de medidas más esperado de los últimos años, las mentes de los analistas echaban humo. La espera ha sido larga y tensa. Tanto, que durante tres semanas los mercados bursátiles se han mantenido congelados, con oscilacion­es minúsculas, sin tendencia. Ahora es el momento de llevar la economía a tierra e interpreta­r de qué manera van a afectar las medidas de Draghi (más un hipotético QE) a las partes implicadas: inversores particular­es, mercados, pymes, entidades financiera­s, divisas... El precio de las hipotecas. El Banco Central Europeo (BCE) ya no le cobrará un 0,25% a los bancos por dejarles el dinero. Les cobrará el 0,15%. “Sin embargo, la medida apenas cambia la película”, opina Ángel Olea, director de inversione­s de Abante. “Al menos, en un sentido práctico. Es posible que las hipotecas referencia­das al Euribor a un año bajen un poco, desde el 0,56 actual hasta un 0,50 aproximada­mente. Pero desde un punto de vista práctico, la rebaja en el tipo de interés apenas se notará a pie de calle”. Juan Luis García Alejo, director de análisis y gestión de Inversis Banco, comparte la visión de Olea. “Ningún empresario ni ningún actor local tomarán decisiones de inversión a partir de esta rebaja de tipos –opina–. Ahora bien, lo cierto es que aquí se manda un mensaje: se confirma que la línea de tipos bajos va a seguir adelante por mucho más tiempo”. El acceso al crédito. Miguel Ángel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), opina que las medidas favorecerá­n a quienes apuesten por la renta variable: “Entrará más dinero en los mercados, en detrimento de los depósitos, que ofrecerán rentabilid­ades aún menores. Y también recogerán ventajas quienes necesiten contratar préstamos: muchos de ellos deberían tener más acceso al crédito, y posiblemen­te a intereses más asumibles”. Los mercados bursátiles. Al menos en un primer momento, las bolsas se tomaron a bien las medidas. Hubo subidas generaliza­das en los parquets europeos, próximas al punto porcentual tanto en el global Eurostoxx como en el Ibex, Milán o París. Wall Street también puso su parte, con ascensos que rondaban el medio punto al cierre de esta edición. “En realidad, la situación sigue siéndole favorable a los mercados financiero­s –dijo García Alejo–. Los tipos se van a mantener bajos por mucho tiempo, y gracias al TLTRO va a haber liquidez abundante: todo eso debería ayudar a la renta variable. Draghi saca el ejército por tierra, mar y aire, y eso no puede irle mal a las bolsas”. ¿Qué harán los bancos? En realidad, ésta es la clave del proyecto. Se supone que las tasas de depósitos negativas (ahora, los bancos deberán pagar el 0,10% por aparcar su dinero en el BCE) modificará­n la postura de los bancos: en vez de depositar su dinero en el BCE, lo reparti- rán entre particular­es y pequeñas empresas que lo necesiten. “Aunque tengo mis dudas –apuntó Olea–. No sé si ese tipo negativo del 0,10% (los intereses que ahora pagarán los bancos al BCE) llevará a las entidades financiera­s a renunciar al BCE. Me parece una tasa demasiado baja como para que las cosas cambien de forma notable”. ¿Un euro más barato? De entrada, tan pronto se conocieron las medidas, el euro se depreció frente al dólar. Pasó del 1,3640 al 1.3503, un descenso notable, en apenas cuarenta minutos. Sin embargo, la divisa europea repuntó luego, para verse próxima al 1,3661 al cierre de esta edición. Por ahora, el BCE no ha logrado resolver uno de sus grandes objetivos. Un euro caro no atrae inversione­s ni resuelve el riesgo de deflación.

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