Urbanismo contra las desigualdades
Los expertos apuntan a la densidad y el transporte como claves para el desarrollo
Sant Cugat acogió el tercer encuentro para la redacción del nuevo Plan Director Urbanístico (PDU) metropolitano del AMB que substituirá el que rige desde 1976. En esta ocasión, el
workshop se centró en el papel del urbanismo como corrector de las diferencias sociales y productivas. El arquitecto Joan Busquets definió las ciudades como los “enlaces entre el individuo y el colectivo y, a la vez, las grandes generadoras de desigualdades”, y este es uno de los puntos donde incidirá el nuevo PDU. El AMB se sirvió del ejemplo de Londres, que hizo de los Juegos Olímpicos de 2012 una oportunidad para reconfigurar la ciudad y revitalizar espacios deprimidos. “Stratford, que es la zona que acogió la villa olímpica, era un lugar donde no quería vivir nadie, y ahora se ha convertido en un buen barrio, con las mejores escuelas públicas, transporte y zonas verdes”, explicaba el director de estudios urbanos de la London School of Economics, Richard Burdett.
EL AMB TIENE EL OBJETIVO DE VOLVER A DINAMIZAR SUS ZONAS AISLADAS
La conversión del lugar está relacionada con los estudios urbanísticos anteriores a los Juegos Olímpicos, que evidenciaron que la actividad económica y la mayor calidad de vida se concentraban en el centro de Londres, en las zonas mejor conectadas y con mayor densidad de población. De hecho, los análisis mostraban como la esperanza de vida en este espacio era de 77 años, pero si se cogía el metro y se iba hacia el este se perdía un año de vida en cada parada. Burdett considera que “la mejora en la conexión de guetos como Stratford” ha sido clave para la mejora de situación.
Zonas aisladas del territorio
En el área metropolitana de Barcelona se pueden encontrar situaciones como las expuestas por Burdett, lo que obliga a cambiar algunas hipótesis. “Relacionamos guetos con espacios de concentración residencial de inmigrantes, cuando la realidad es que la densidad de población acaba creando zonas de gran dinamismo económico”, analizaba el sociólogo Andreu Domingo, que situaba el “problema real” en la existencia de zonas aisladas en la me-
trópolis. “Son lugares con población que ha sido expulsada de las ciudades y donde es muy difícil acceder a los servicios y generar recursos para volver a núcleos dinámicos”, argumentaba.
Espacio y economía
Pero la generación de riqueza tiene más variantes. El economista Néstor Duch centró el objetivo en la relación entre espacio y economía. “En la crisis de los años 70 vimos como las ciudades sobrevivieron mejor que los grandes polígonos con macro-empresas gracias a su red de pymes”.
EL URBANISMO DEBE FACILITAR LOS VÍNCULOS ENTRE EMPRESAS
PRÓXIMAS
Según Duch, el espacio tiene que ver con la competitividad. “Hay que analizar la evolución de las empresas, como se relacionan y como se desarrollan para establecer las conexiones que se dan por especialización y crear entornos innovadores”. El urbanismo y la gestión inteligente del territorio deben ser facilitadores para la acumulación de empresas innovadoras que acabarán creando vínculos por proximidad.
Inversión exterior
Londres también es ejemplo de cómo un entorno innovador puede dinamizar un barrio y atraer inversión. Hace diez años, la capital británica descubrió en King’s Cross un espacio lleno de jóvenes creativos con potencial para convertirse en una réplica de Silicon Valley, por lo que decidió apostar por conectar la zona. Una década después, ha pasado de ser una punto sin mayor interés a acoger la próxima planta de Google en Europa. Sin embargo, los proyectos inmobiliarios siguen siendo el mayor incentivo. Así lo entiende el sociólogo de la UPF Sebastià Sarasa. “Las áreas metropolitanas han perdido potencial industrial y necesitan nuevos recursos a través de grandes inversiones; la manera de atraerlas es con megaproyectos como los Juegos Olímpicos, pero para eso hay que construir ciudades amables, atractivas y conectadas con el mundo”, concluye.