El ingeniero Jano
El Club Palindromista Internacional y el movimiento Rever convocan el II Campeonato Mundial de Palíndromos. Es un concurso para frases capicúas de 10 a 50 caracteres (“Dábale arroz a la zorra el abad” tiene 25), pero no es de tema libre. Los palíndromos que se presenten deberán ser de temática relacionada con la Copa Mundial de Fútbol Brasil 2014. Las bases especifican que pueden referirse a selecciones, partidos, personajes, sedes... Se han ajustado tanto al calendario del Mundial que también pasan ronda. El jueves 12 abren la admisión al correo movimientorever@gmail.com. Del 12 al 22 irán publicando los que reciban en el blog que publican en Blogspot, luego harán una consulta popular durante una semana y el 30 de junio publicarán los 10 palíndromos más votados en la primera ronda. A diferencia del Mundial futbolístico, los reveristas volverán a abrir la recepción de nuevos palíndromos de actualidad durante los ocho primeros días de julio, que podrán ser votados del 9 al 12 y, finalmente, el 13 de julio, justo después de esa final del Mundial de fútbol en la que el aún príncipe Felipe debe soñar cada noche, publicarán el palíndromo más votado y el autor será proclamado campeón mundial. El premio es una copa y “múltiples felicitaciones por parte de los cientos de millones de palindromistas de todo el mundo”. Un gran premio, sin duda, en consonancia con el tono del concurso. El juego verbal apela a una cultura popular de tipo filatélico, blanca, plácida y hogareña, capaz de reunir a abuelos y nietos en un mercado de coleccionistas una mañana de domingo. Es la cara amable de los crucigramas, resueltos a la vera del fuego, hundidos en un sofá mullido y vestidos de trapillo.
Pero, afortunadamente, el juego verbal no sólo remite a la pulsión numismática. También es búsqueda incómoda, espíritu crítico, transgresión y subversión. Rememoré el uso que hicieron del ingenio verbal las vanguardias del siglo XX en el TL de Juan Abarca, uno de los miembros del grupo de punk rock madrileño Mamá Ladilla, al que sigo porque suele inyectar jugo de juego verbal a sus ruidosas canciones. Al día siguiente de las elecciones europeas Abarca tuiteó palíndromos para valorarlas. Capicúas tematizados que demostraban a las claras el sentido de su voto: “¡A por UE! O Podemos o me dopo, Europa”, “O Podemos o me dopo”, “Era Podemos, o me doparé”, “Sara, ¿Podemos o me doparás?”, entre otras. Pero también difundió algunos dedicados a los dos partidos que perdieron una millonada de votos. Por un lado, a los correligionarios de Rubalcaba, Abarca les decía: “¡Pedeos! PSOE D.E.P.” o “SOS, ay, a PSOE. ¡Feos, payasos!”. En cuanto a los dirigentes del PP: “A Cañete, ¡ñaca!” o “¿Se lo lucró PP? Por culo les...”, en un ejemplo insólito de procacidad autocensurada no por falta de ganas sino de pericia verbal que Abarca resuelve transgrediendo la simetría: “#palíndromo con elipsis dramática”.
El juego verbal no sólo es una pulsión numismática, también es espíritu crítico y transgresión