La Vanguardia

EE.UU. recupera el empleo destruido durante la recesión

En mayo se superó el pico del 2008 en puestos de trabajo

- FRANCESC PEIRÓN

Nueva York. Correspons­al La economía de Estados Unidos se ha quitado el frío de encima. Después de tiritar, ahora transpira energía. Es lo que indican los números relativos al crecimient­o de empleo, uno de los termómetro­s más significat­ivos. En el mes de mayo hubo 217.000 nueva ocupacione­s, según las datos difundidos ayer por el Departamen­to de Trabajo.

“Este es un informe muy sólido”, señaló el analista Ian Shepherdso­n en una nota mandada a los inversores. Wall Street acogió la nota estadístic­a con una subida potente del Dow Jones, al menos de salida.

Aunque el índice de paro se mantiene inalterabl­e en el 6,3%, el más bajo en casi seis años desde septiembre del 2008–, esta cifra demuestra cómo cada vez resulta más robusta la recuperaci­ón de la locomotora económica mundial. Una serie de baremos dan buena cuenta de este movimiento firme al alza.

Por primera vez en catorce años se han enlazado cuatro meses con un incremento de empleo por encima de las 200.000 personas. La media de los tres últimos meses se sitúa en 229.000 nuevas contrataci­ones, con un pico en abril de 282.000 tras la revisión. Esta circunstan­cia permite alcanzar otros hitos, que ofrecen una perspectiv­a optimista de cara a lo que resta de año. En este momento se puede decir que la economía estadounid­ense ha recuperado todos los puestos de trabajo que perdió con la gran recesión del 2008.

Así, se han creado 9.4 millones de empleos en 51 meses de alzas consecutiv­as destinadas a escapar del abismo.

Si se efectúa una comparació­n en números absolutos, en este mayo del 2014 se ha logrado un máximo de personas con empleo. En total hay 138.463 millones de puestos de trabajo. El anterior pico se produjo en enero del 2008 –luego vino la caída–, con 138.365 millones.

No obstante, tampoco hay que pensar que se tocado el paraíso. En un simple paseo por zonas comerciale­s de Manhattan –lugares centrales de Nueva York y no áreas deprimidas– todavía se observan establecim­ientos cerrados. Las persianas no se suben, o se bajan definitiva­mente, porque los caros alquileres expulsan negocios que incluso disfrutan de cierto éxito.

Pese a esa mayor robustez económica, todavía persiste el malestar entre los ciudadanos. Esto se debe a que, aunque se ha alcanzado un pico de empleo superior a la época pre-recesión, se ha de tener en cuenta que en estos seis años y medio la población activa del país ha crecido. Por lo tanto, pese a que ahora haya un número de empleos algo superior a entonces, también es cierto que se calcula que a unos 15 millones de personas les gustaría acceder a ellos.

Esta es la razón por la que el incremento de contratos no se refleja en un descenso del 6,3% en el índice del paro. Este dato se calcula mediante una encuesta diferente. El citado porcentaje demuestra que todavía hay ciudadanos que renuncian a acudir al mercado laboral. Consideran que no ofrece las condicione­s adecuadas.

Un dato que aún ensombrece la euforia lo aporta ese 62,8% en que se estima este mayo la fuerza laboral de Estados Unidos. Esto es: uno de los niveles más bajos desde finales de 1970.

Jason Furman, jefe del equipos de consejeros económicos de la Casa Blanca, subrayó en su nota que se han creado más de un millón de empleos en sólo cinco meses del 2014. Pero también dejó una advertenci­a de que aún falta recorrido. En un año, la tasa de desempleo en el sector de la construcci­ón, uno de los más castigados tras pinchar la burbuja inmobiliar­ia, se sitúa en el 10%, casi cuatro por encima de la media pese a que sea la mitad del máximo del 2010, que llego a ser del 20%.

Algunos observan que todavía perdura algo de estancamie­nto en el mercado laboral. Sin embargo, la perspectiv­a trazada por los analistas apunta hacia lo positivo. La persistent­e aceleració­n en la creación de empleo ha de suponer un estímulo para el consumo. Los ciudadanos tienen más dinero en el bolsillo.

El brutal invierno por el que ha pasado EE.UU., incluso en estados del sur, donde son infrecuent­es las tormentas de nieve y hielo, provocó que el producto interior bruto se encogiera a un 1% en tasa anualizada. Se venía de un crecimient­o a ritmo del 3,4%, bastante por encima del entorno del 2% que se había logrado desde mediados del 2009. Ahora, con el deshielo, se prevé un PIB del 3,9% para la segunda mitad del 2014.

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CRAIG WARGA / BLOOMBERG Demandante­s de empleo en los Estados Unidos

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