La Vanguardia

“Soy arcaico..., y veo en una hortaliza el universo entero”

Tengo 54 años. Nací en Manresa, en una familia de campo, y vivo en el convento capuchino de Sarrià (Barcelona). Soy fraile capuchino, célibe, sin hijos. ¿Política? ¡Mi soberano no es de este mundo! ¿Creencias? En Dios vivimos, en Dios nos movemos, en Dios

- VÍCTOR-M. AMELA

Su barba, hábito, sandalias... ¿De dónde sale usted? Del siglo XVI, más o menos. ¡Yo soy arcaico! Si le traslado al siglo XVI, ¿añorará algo? ¡Nada! Tendría de sobra, podría vivir con lo de entonces, no me sentiría extraño... ¿Y por qué esa fecha? En 1578 la orden capuchina se instala en Catalunya, ¡clandestin­a! Los capuchinos somos una reforma de 1528 de la orden franciscan­a que Francisco de Asís fundó en 1223.

¿En qué consistió esa reforma? En más austeridad aún que los franciscan­os: hábito marrón –con capucha– y este cordón en la cintura. Y pobreza, oración y fraternida­d. ¡Y así seguimos!

¿Siempre el pie desnudo en la sandalia? Todo el año. Y no me resfrío: me protegen las hierbas santas de los capuchinos.

¿Hierbas santas? Hierbas medicinale­s tradiciona­les empleadas por los frailes capuchinos.

¿Las tienen en este huerto ajardinado? Claro, entre hortalizas, verduras, frutales, hierbas sanadoras... ¿Quiere verlas?

¡Por favor! Vea aquí la hierba de Sant Ponç (o Sant Poní), santo protector contra pulgas y chinches: fumigacion­es de esta planta los ahuyentaba. La llamaban herba pucera.

¿Es muy santa? Sí: ¡Sant Ponç es el patrón de los herbolario­s! También llamada por eso poniol o poliol negre (poleo), es buen tónico estomacal, ayuda a las digestione­s y alivia dolores de barriga.

¿Cómo sabe usted tanto? Sé que la hierba de Sant Ponç hace balar mucho a las ovejas: soy de familia payesa, ¡y lo he visto! Y además soy archivero del convento: rastreo en documentos y recetarios de hace tres siglos, donde los frailes fijaban sus saberes tradiciona­les...

¿Sabe usted qué comían? El universo entero.

¿Perdón? Con cada hortaliza ponemos sobre la mesa la tierra, el cielo, el sol, la lluvia, el viento, el sol, la luna, las estrellas, los pájaros, las abejas..., ¡todo el universo entero!

Y su propio trabajo. Sí, el trabajo del fraile hortelano... más su confianza en Dios, que provee de todo.

Comparta alguna receta culinaria. Cualquiera con patatas: ¡los capuchinos con- vierten brunas ta era pienso de la patata la invasión para en comida cerdos, napoleónic­a! durante hasta entonces. las La ham- pataBajo bres. destruirla. tierra, Los caballos se convierte cabalgan en por tesoro encima de po- sin

Una Otro exquisita plato capuchino, sopa de tirabecs, por favor. el guisante catxassos: capuchino, tica! ¡reminerali­zante, Su semilla, que nosotros en vinagre vitamínica llamamos agraz, y antiobió- es mejor que Hummm... la alcaparra.

O la que llamamos argamasa, para llenar: garbanzos con yema de huevo duro y queso.

No pasaban hambre... “Misa et mensa” es uno de nuestros lemas... ¡Pero ayunábamos uno de cada dos días! Y, para cenar, enciamets dels caputxins: lechuguita, escarola...

Me decía que no se resfría... Porque me prevengo con infusiones de seruna especie de tomillo. Y tomo la planpoll, ta omnia morbia (todas las dolencias, en latín), una malva curalotodo, ¡muy buena expectoran­te! Y para los bronquios, salvia: era la planta favorita de los romanos.

Salvia, ¿Ah, del sí? latín salvare: curar. Buen colirio para zante... los ojos, digestiva, antiséptic­a, cicatri

Mi hijo padece recurrente­s otitis... Contra el dolor, instile en su oído una gota de aceite de la oliva del laurel.

¡Gracias! Contra la fiebre, endrina. Para fortalecer encías, resina de condrila. Para prevenir inflamacio­nes de próstata, semilla de calabacín.

¿Comían carne? De cuando en cuando, con clavos de murto (murtones), digestivos y perfumados... Sí cocinaban ranas, plato campestre exquisito, y sopa de tortuga, muy curativa...

¿Y vino?

Vi felló, vino fortificad­o: le añadían hipérico, tónico y reconstitu­yente, antidepres­ivo.

¿Qué planta tiene un consumo más remoto? Desde la prehistori­a se usan semillas de majuelo o espinal, ¡gran regulador de la tensión arterial! y tónico cardiaco.

¿Algún consejo final? Los capuchinos hemos mimado siempre a las abejas: sin ellas no habría plantas y los humanos nos extinguirí­amos. Cuidémosla­s.

¿Un último secreto? Cardo santo, del que el archivo dice, literal: “Cura tot lo dolor de cap, fa bon oido y bona memoria, cura los vértigos, conforta lo cervell y fa bona vista, purifica lo ventrell, garganta y flema y fa bon apetit, consum lo catarro, cura lo dolor de ventre, limpia la vesiga”.

¡Mano de santo, realmente! Mire alrededor: el verdadero secreto es que todo lo que ve es sobrenatur­al.

 ??  ?? JORDI ROVIRALTA
JORDI ROVIRALTA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain