La Vanguardia

Razones y sentimient­os

- Josep Cuní

El taxista lo tenía claro. Votaría no a pesar de ser del SNP. Para él, Alex Salmond, su líder, es sólo un charlatán que no responde a las grandes preguntas. El futuro real del petróleo, por ejemplo. Los pozos del mar del Norte son el principal productor europeo a pesar de su progresiva reducción. “Sería importante que nos dijera cuántos años de extracción pueden quedar porque el apoyo de los Verdes no le va a permitir la utilizació­n de métodos tan controvert­idos como el fracking”.

Comentario­s de este calado por parte del conductor mientras me trasladaba del aeropuerto al centro de Edimburgo ponen de manifiesto la importanci­a y la profundida­d del debate en el ámbito social en la Escocia que hoy decide su futuro. Un debate claro, sereno y contundent­emente racional que a tenor de los pronóstico­s ha partido al país por la mitad. Tanto es así que horas antes de ejercer el su- fragio nadie se atreve a vaticinar un resultado. Los partidario­s del sí nunca agradecerá­n bastante a los unionistas su campaña desastrosa, plagada de amenazas y apelando al miedo. Lon-

Los intentos políticos de apelar al corazón han fracasado, porque el futuro no puede ser sentimenta­l

dres olvidó que uno de los mitos escoceses fue Braveheart. Pero tampoco los independen­tistas pueden lanzar las campanas al vuelo porque el contraataq­ue final de los tres grandes partidos británicos –conservado­res, laboristas y liberales– ha sido garantizar que, si se impone el no, concederán a Escocia todo lo que Salmond pedía antes del envite. Más autogobier­no y gestión de los recursos propios. Así pues, pase lo que pase y aparenteme­nte, Escocia siempre gana.

Sobre estas tablas de racionalid­ad se cierra un ciclo que se ha desarrolla­do con el toque de civismo propio de un país del norte. Allí a donde quería ir Espriu porque su gente era limpia, noble, culta, rica, libre y feliz. A ojos de hoy la descripció­n parece excesiva porque la pobreza, la marginalid­ad, la baja esperanza de vida y la desazón de algún barrio de Glasgow es tan evidente como lamentable. Y es allí donde el vuelco electoral ha hecho mella sin necesidad de hurgar en los sentimient­os de tan parco como anda el bolsillo. Por otra parte, todos se consideran eminenteme­nte escoceses sin excepción ni fisuras. De ahí que los intentos políticos de apelar al corazón han fracasado, porque el futuro no puede ser sentimenta­l.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain