Obama reitera que no repetirá la invasión de Iraq con tropas de tierra
Digan lo que digan sus generales, el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, volvió a empeñar ayer su palabra en el sentido de que no va a repetir la invasión de Iraq con tropas terrestres para lograr su objetivo de “degradar y en última instancia destruir” a los yihadistas del Estado Islámico. “Tenemos que hacer las cosas de otra manera, no habrá otra guerra en Iraq y no vamos a desplegar nuestras tropas terrestres en misiones de combate”, declaró ayer Obama.
No fue una declaración distinta de su mensaje a la nación de la semana pasada, pero era necesario aclarar la posición gubernamental después de que el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto, declarara veinticuatro horas antes en el Senado que si no había suficiente con los bombardeos “recomendaría al presidente enviar tropas de combate sobre el terreno”, una advertencia que en Washington se in- terpretó de dos maneras no excluyentes: como la constatación de que Obama y sus principales colaboradores no comparten el mismo criterio y como si los militares estuvieran convencidos desde el punto de vista de la táctica militar que los bombardeos apoyando a las fuerzas de seguridad iraquíes no serán suficientes para desarticular a los yihadistas y quizá un peligro para los soldados que, sin combatir, llevan a cabo tareas de adiestramiento.
La declaración del presidente norteamericano resultó significativa por el momento y también por el lugar: rodeado de soldados en la base del Mando Central en Tampa (Florida), desde donde se dirigió el último ataque aéreo cerca de Bagdad. “Si hemos aprendido algo es que cuando hacemos las cosas nosotros solos y los pueblos afectados no luchan por sí mismos, los mismos problemas reaparecen en cuanto nos vamos”. El Congreso aprobó ayer una ayuda de 500 millones de dólares a los rebeldes sirios contrarios a El Asad y al Estado Islámico.