“Tengo miedo a pasear”

Juan Pérez, de 60 años, fue uno de los ocho afectados por otro brote de la misma bacteria a finales de junio, también en Sabadell

El sabadellense Juan Pérez, de 60 años, aún se siente muy frágil. Este hombre delgado fue uno de los ocho afectados por un brote de legionela a finales de junio pasado en su ciudad y aún padece secuelas. “Le vi los ojos a la muerte. Lo que sufrí es lo peor que he pasado en mi vida. Con diferencia”, explica en el comedor de su casa, con su mujer Isabel Flores, su hija Sandra y sus nietos. Juan –que padece un enfisema pulmonar desde el 2010– detalla que el 28 de junio fue a pasear con ellos por el Eix Macià. “Entramos en algunos centros comerciales, también estuve cerca de los juzgados jugando con los nietos y paseamos para ver a los patos en el parque Catalunya”. Al día siguiente empezó a sentirse mal y el 30 de junio aún se sentía peor. “Estaba a 42 de fiebre, sudando a mares, pero a la vez sentía mucho frío, todo mi cuerpo tiritaba. Tenía mucho dolor de cabeza y vómitos. Las sábanas estaban empapadas, como si echásemos cubos de agua. Me deshidraté”, recuerda. Fue al CAP de su barrio y como lo vieron tan mal, lo enviaron a urgencias del Parc Taulí. “Ingresé el 3 de julio y después de hacerme un montón de pruebas, vieron que estaba afectado por la bacteria de la legionela”.

Lo derivaron al Hospital General de Catalunya por falta de camas. “No tengo ninguna queja del trato, pero yo viví un calvario. Me quedé en los huesos. Perdí 12 kilos en las dos semanas que estuve ingresado y la pobre enfermera que me atendía no sabía ni dónde pinchar la vía. Era todo pellejo”. Su mujer asiente:

“Nunca me dijeron cuál fue el foco de contaminación y creo que merezco una explicación”

“Pensaba que lo perdíamos. La angustia era total”.

Juan se decidió ayer a hablar al enterarse de que se había producido un nuevo brote en Sabadell porque quiere que haya una información más transparente a la ciudadanía. “Nunca me dijeron cuál fue el foco de contaminación y creo que, como mínimo, me merezco esa explicación”. Le ha cogido pavor al Eix Macià, donde intuye que se contaminó. “Tengo miedo a salir a pasear por ahí y por zonas con muchos aires acondicionados. Solo voy al campo. Yo no me juego la vida”.