China inyecta 63.000 millones de euros a su sistema bancario
China ha decidido aportar liquidez a su sistema bancario para contrarrestar los síntomas de desaceleración de la segunda potencia económica mundial. El Banco Central del gigante asiático ha decidido inyectar 500.000 millones de yuanes (equivalentes a unos 63.000 millones de euros) a las cinco principales entidades bancarias del país.
Según varios medios de comunicación chinos, el Banco Popular de China repartirá unos 12.600 millones de dólares a cada banco a través de un mecanismo de préstamos a tres meses a bajo interés. Una decisión equiparable a un recorte de 50 puntos bási-
La iniciativa del Banco Central chino pretende paliar la desaceleración económica
cos del coeficiente de reservas obligatorias de la banca china.
Se trata de una medida que muchos analistas consideran como una respuesta a los decepcionantes datos del pasado mes de agosto, que confirmaron la ralentización de la actividad económica del gigante asiático. Y es que los indicadores de la producción industrial, del índice de precios de la producción, de las ventas minoristas o de la producción de electricidad han encendido las señales de alarma en Pekín acerca de una caída de la demanda interna.
Para Wang Tao, economista jefe para China del UBS, “el uso del mecanismo de préstamos utiliza- do por el Banco Central refleja el deseo de apoyar el crecimiento sin que se interprete como la aplicación de una medida de estímulo fuerte o de flexibilización general”, ha escrito en una nota. Una política que encaja con la estrategia del Gobierno de no impulsar grandes medidas de estímulo para reactivar la economía.
La iniciativa de insuflar liquidez a los cinco grandes bancos es considerada, asimismo, como una medida de prevención dirigida a evitar los problemas de liquidez con que se encuentran algunas entidades al final del trimestre. Una circunstancia que se ve agravada por estas fechas por la creciente demanda de efectivo provocada por la semana de vacaciones que arranca el primero de octubre con la celebración de la fiesta nacional.
Los analistas auguraban ayer que a la decisión adoptada ayer por las autoridades chinas seguirán otras de carácter selectivo, para reanimar la demanda interna, superar la desaceleración y alcanzar el objetivo del 7,5% de crecimiento previsto para el 2014.
“Esperamos que Pekín introduzca un conjunto de nuevas medidas de relajación y estímulo en las próximas semanas para reimpulsar la confianza y restablecer el crecimiento, pero las posibilidades de recortes de tipos universales se están reduciendo”, señalaron los analistas de Bank of America Merrill Lynch en una nota de análisis.
Un deseo, por otra parte, de dificil realización según dio a entender la semana pasada el primer ministro Li Keqiang, quien en el Foro Económico Mundial de Tianjin señaló que Pekín no reaccionaría de forma exagerada a las fluctuaciones a corto plazo de los indicadores económicos.