CiU y ERC pactan crear instituciones de un nuevo Estado
Todos los partidos favorables a la consulta votan que se convoque “de acuerdo con la ley”
Rajoy considera que las consultas sobre la independencia son un “torpedo contra la UE”
El debate de política general del Parlament acabó ayer con una resolución de CiU y ERC en la que se pide al Govern que impulse la creación de instituciones y “estructuras” de un nuevo Estado, incluido “un protocolo” para regular una eventual negociación de independencia.
No está claro si el de 9 de noviembre habrá urnas en Catalunya si el Tribunal Constitucional anula la consulta. CiU y ERC todavía no se han puesto de acuerdo sobre este extremo. Pero en lo que no tienen dudas es en que, con independencia del desenlace que tenga esa cita marcada con letras mayúsculas en el calendario, el Govern ha de trabajar en la creación de estructuras “básicas y propias” de un Estado, tales como la Hacienda, la Seguridad Social, las infraestructuras, las telecomunicaciones, la seguridad pública o las relaciones exteriores. Y así lo plasmaron en una resolución aprobada ayer en el pleno del Parlament como conclusión del debate de política general. El texto aprobado prevé incluso la creación de un protocolo que regule la negociación con el Estado español en la transición hacia la independencia.
LA RESPUESTA ALTC ERC evita apoyar la desobediencia civil a pesar de haberla propugnado Junqueras
EL DEBATE INTERNO El PSC vuelve a quedar dividido: dos diputadas rompen la disciplina y otra se ausenta
El debate ha evidenciado que CiU y ERC no tienen exactamente la misma estrategia a la hora de afrontar la suspensión de la consulta que nadie duda que decidirá el Tribunal Constitucional a partir del recurso que le presente el Gobierno español, pero han evitado poner la diferencia por escrito. Y, aunque a la vista del calendario parece que tendrán que definirse más pronto que tarde, de momento han preferido limitarse a lo que comparten: el respaldo genérico a la celebración de la consulta y la necesidad de que Catalunya se dote de estructuras de Estado. De hecho, ERC hasta eludió apoyar explícitamente la desobediencia civil que planteó una resolución de la CUP, a pesar de los llamamientos de su líder, Oriol Junqueras.
Más allá de posiciones más o menos dispares y enfrentamientos dialécticos, las cuatro forma- ciones soberanistas –CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP– quisieron exhibir una nueva imagen de unidad en el Parlament en apoyo de la consulta del 9 de noviembre. Aprobaron una resolución conjunta en la que reafirman la “necesidad de celebrar” la consulta e instan al presidente de la Generalitat a convocarla “de acuerdo con los marcos legales” y al Govern a destinarle todos los recursos para llevarla a cabo “con todas las garantías democráticas y de participación posibles”.
Después de la movilización multitudinaria del Onze de Setembre en la que se pidió unidad política, la votación silenció las declaraciones públicas de unos y otros que parecían ponerla en cuestión. Pero, como destaca a menudo Artur Mas, en la medida en que los hechos acostumbran a tener más valor que las palabras, los partidos que pactaron el 9-N optaron por reconducir la situación y ratificar la vigencia de un consenso que al término del debate sellaron con un aplauso y un apretón de manos entre el propio presidente de la Generalitat y el líder de ERC. “Estoy contento”, se limitó a declarar brevemente Artur Mas después de este gesto.
La resolución contó, además, con el voto favorable de Joan Ignasi Elena, que se estrenaba como diputado no adscrito tras abandonar el grupo del PSC, y de las diputadas Marina Geli y Núria Ventura, que rompieron una vez más la disciplina de la formación que ahora comanda Miquel Iceta. En total fueron 89 votos a favor de la consulta del 9-N –prácticamente dos tercios teniendo en cuenta que había dos ausencias–, frente a los 44 en contra de PP, C’s y el resto del PSC. El partido socialista salió muy diezmado de la votación, ya que a
] las diputadas díscolas se sumó la ausencia significativa de Rocío Martínez Sampere, de manera que en la práctica Iceta dispuso sólo de dieciséis efectivos. Y, para acabar de rizar el rizo, el PSC votó, al lado de CiU, ERC, ICVEUiA y la CUP, en contra de una resolución del PP favorable a acatar la suspensión de la consulta por parte del Constitucional.
Un PP que no desaprovechó para echarle en cara la votación al PSC, después de intentar, sin éxito, impedir que se votara la resolución conjunta de apoyo a la consulta con el argumento de que se basaba en la declaración de soberanía que el Constitucional también había suspendido.
Mañana por la tarde el Parlament aprobará la ley de consultas, esta vez sumando el voto del PSC. Y Artur Mas convocará a los catalanes para votar el 9 de noviembre.