Barcelona saca brillo a sus principales avenidas
Diagonal y paseo de Gràcia estrenan este domingo el cierre a la circulación de sus laterales
No han sido las obras más caras del mandato y, probablemente, no se encuentren entre las que han provocado más molestias, pero la reforma del paseo de Gràcia y, sobre todo, de la Diagonal marcarán en cierto modo el mandato municipal que está a punto de expirar. Lo harán no sólo porque se trata de dos de las principales avenidas de Barcelona, de dos de sus mayores escaparates comerciales y turísticos, sino también porque, a partir de este domingo, serán laboratorio de pruebas de una experiencia que, si tiene una buena respuesta ciudadana y no se ve interrumpida por un vuelco total en el Ayuntamiento tras las elecciones del 24 de mayo, puede extenderse a otras zonas de la ciudad y cambiar los hábitos dominicales de los barceloneses.
A partir de este domingo, las calzadas laterales de la Diagonal (entre las plazas Francesc Macià y Glòries) y del paseo de Gràcia (entre los Jardinets de Gràcia y la plaza Catalunya) quedarán cerradas al tráfico de vehículos entre las 9 de la mañana y las 3 de la tarde. Como ya adelantó La Vanguardia el pasado 19 de enero, en el espacio arrebatado a los coches y las motos –las bicicletas podrán circular por el correspondiente carril– se desarrollará todo tipo de actividades lúdicas, culturales, familiares y deportivas. Así lo ha programado el Ayuntamiento, en colaboración con diversas entidades ciudada- nas, durante los próximos seis domingos, hasta el 26 de abril. Posteriormente, el cierre de los laterales de la Diagonal y el paseo de Gràcia se repetirá cada siete días –excepto los meses de julio y agosto–, aunque, en función del balance de los primeros seis festivos, el formato del proyecto Diu- menges dels vianants sufrirá algunas variaciones. En primera instancia, se trata de arrancar la máquina, dar a conocer el invento, dinamizar el proyecto y evaluar su funcionamiento para ir introduciendo retoques.
El corte a la circulación de vehículos de motor de estas dos grandes arterias de Barcelona –que supondrá la conquista para el peatón de un espacio total de unos 117.000 metros cuadrados, una superficie algo inferior a la de la plaza de las Glòries– no afectará al tráfico de coches privados
ni del transporte público por la calzada central. El dispositivo de movilidad, además, prevé mantener abiertos a la circulación los laterales de la Diagonal en algunos tramos, para garantizar los giros desde esta avenida a determinadas calles transversales, como Calvet, Villarroel, Via Augusta, Pau Claris, València, Sardenya y Sicília. También se garantizará que los vehículos puedan acceder a los aparcamientos que hay en los 24 tramos afectados.
En total se habilitarán ocho puntos culturales, seis deportivos y seis de juegos infantiles –cada uno de ellos estará señalizado y contará con monitores–, además de rutas guiadas. Habrá ludoteca, biblioteca, talleres de manualidades, patinaje, fut-toc –una especie de ping pong que se juega con el pie–, rutas de arquitectura, paseos organizados en bicicleta, clases de tai-chi, demostraciones de acroyoga –una combinación de yoga y acrobacias que se practica por parejas y grupos que han puesto de moda algunos famosos como el exfutbolista Carles Puyol y su compañera, Vanesa Lorenzo–, actividades de circo, talleres de entrenamiento funcional, capoeira, sesiones de estiramiento... En definitiva, todo lo que uno pueda imaginarse para llegar a la hora del almuerzo hecho polvo o, por el contrario, muy descansado y relajado, ya que en cada punto cultural se ofrecerán al paseante de la Diagonal y el paseo de Gràcia tumbonas (10 por estación), sillas (32) y mesas (8), además de un servicio de lectura con libros, prensa diaria, juegos de mesa y cuentos infantiles.
Esta apertura al peatón de la Diagonal y del paseo de Gràcia tiene un presupuesto para las seis primeras sesiones de un total de 70.000 euros. Esta cantidad sería bastante mayor de no ser por las entidades y voluntarios que se han implicado en la experiencia.
Inicialmente, el Ayuntamiento de Barcelona había previsto que este cierre festivo de ambas ca- lles se prolongara hasta las cinco de la tarde. El horario se ha recortado dos horas tras considerar que no tenía demasiado sentido programar actividades a las horas del almuerzo.
El corte de tráfico en los laterales de la Diagonal y del paseo de Gràcia supondrá que entre 5.000 y 10.000 vehículos que utilizan estas calzadas los días festivos tendrán que buscar otros itinerarios o desplazarse por la calzada central.
El tercer teniente de alcalde, concejal de Hábitat Urbano y responsable de este programa de peatonalización, Antoni Vives, quiso dejar claro ayer, durante la presentación, que lo que se vivirá cada domingo en la Diagonal y el paseo de Gràcia “no es un festival”, sino una experiencia nueva que quiere ayudar al barcelonés a comprender que dispone de un nuevo espacio público, que la conversión de Barcelona en una ciudad “a velocidad humana” da un nuevo paso.
Si tras el 24 de mayo Xavier
Trias sigue siendo alcalde y Antoni Vives continúa ocupando un cargo de máxima responsabilidad en el gobierno municipal, la iniciativa se repetirá en otros espacios de la ciudad. La plaza de las Glòries, que dentro de diez días estrenará la urbanización provisional del lado montaña, o la zona hoy en obras de la Sagrera seguirán el camino marcado por paseo de Gràcia y Diagonal.
Las numerosas reformas que el Ayuntamiento de Barcelona está rematando en vísperas de las elecciones municipales no tendrán inauguraciones a la vieja usanza, con cortes de cinta y discursos. En el caso concreto de la Diagonal, los comerciantes preparan una ceremonia de estreno para este sábado. Pero la intención del Ayuntamiento en la mayoría de los casos es ir dando por inaugurados los proyectos emblemáticos de este mandato a medida que terminan las obras con fiestas ciudadanas, en algunos casos, o, en la mayoría, simplemente con el uso que los ciudadanos vayan haciendo de los nuevos espacios públicos. Así se evitan situaciones como la vivida el pasado sábado en el también remodelado Paral·lel, cuando el alcalde tuvo que suspender un paseo que había programado al ser recibido con una fuerte dosis de agresividad por diversos colectivos ciudadanos disconformes con la gestión municipal.