El agresor de la Diagonal se enfrenta a penas de cárcel
El proyecto de la prolongación de la Diagonal hasta Sant Joan Despí, transformando la B-23 en un híbrido entre la ronda de Dalt y la Gran Via soterrada a su paso por l’Hospitalet, ya no tiene vuelta atrás. Al menos esta es la idea que quisieron transmitir ayer el alcalde de Barcelona, Xavier Trias; el de Sant Joan Despí, Antoni Poveda; el de Sant Just, Josep Perpinyà, y la alcaldesa de Esplugues de Llobregat, Pilar Díaz. Los cuatro –un convergente y tres socialistas– ratificaron un acuerdo en Sant Joan Despí por el que encargan al Área Metropolitana de Barcelona (AMB) que lidere el proyecto de transformación, que avanzó La Vanguardia a finales del año pasado. La entidad supramunicipal tiene luz verde para iniciar los estudios previos para determinar el precio, la forma de ejecutar el proyecto y qué usos son los más adecuados de los nuevos espacios que se liberen, aunque la idea es que prevalezcan nuevas zonas verdes.
El proyecto, sin fecha y con el convencimiento de los propios
impulsores de que se trata más de un proyecto a veinte años vista que a cinco; eso sí, se podrá ejecutar por fases, precisamente debido a su complejidad. Y, de hecho, esa es la idea.
“La avenida Diagonal puede ser un paseo cívico metropolitano, un eje pensado para los peatones, ciclistas y transporte público. En definitiva pensado para las personas”, manifestó Trias, quien, aunque reconoció que será un proyecto con un coste muy elevado, aseguró que esto no quiere decir que no se pueda llevar a cabo. “Se tiene que comenzar para que las cosas cambien en un futuro”. Y el acuerdo firmado de ayer tiene como objetivo eso: empezar, aunque sea sobre el papel.
¿Qué se necesitará para llevarlo a cabo sobre el terreno? Principalmente dinero, tanto público (se piensa en todas las administraciones), como privado. “Estuve reunido con el Ministerio de Fomento, como vice-
INVERSIÓN PRIVADA El Pla Porta y el de la ciudad deportiva del Barça podrían verse beneficiados
EL PAPEL DE FOMENTO
El ministerio estaría de acuerdo con la cesión del tramo de autopista
presidente de la AMB, y ellos ven bien el proyecto y están de acuerdo en la cesión de este tramo de la autopista. La Generalitat también lo apoya. Es una área estratégica, en donde habrá un uso terciario, habrá empresas. También habrá un uso residencial y muchas áreas verdes”, apuntó ayer Poveda.
Fomento es actualmente uno de los principales propietarios de terreno, ya que posee la carretera, que en algunas zonas tiene un amplitud de cien metros, pero también su área más inmediata. Al margen hay otros terrenos de titularidad pública importantes y, aunque en algunos puntos hay muchos pequeños propietarios, a favor del proyecto juega que entre todas las áreas que comprende el trazado de la B-23 que hay que transformar (5 km) hay dos enormes proyectos urbanísticos parados por la crisis, pero que se verían beneficiados si se lleva a cabo el proyecto previsto en la B-23.
Se trata del plan que afecta al entorno de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí, justo en la frontera con Sant Feliu de Llobregat, y que es en donde terminará o empezará –según se mire– la nueva Diagonal. En Esplugues favorecería al conocido co- mo Pla Porta Barcelona, Finestrelles o Plau Caufec, justo al lado de donde ahora se encuentra el complejo nudo viario que hace de barrera entre este municipio y Barcelona y que se quiere hacer desaparecer. De esta forma, Esplugues pasaría a estar conectada directamente con Barcelona. Un continuo urbano que justifica este plan.
A su vez, el desarrollo tanto del entorno de la ciudad deportiva como del Pla Porta Barcelona podría convertirse, de alguna forma, en un aliciente para otros inversores interesados en invertir junto a la nueva B-23. Al menos, esto es lo que se espera que pueda pasar.
El proyecto, cuya autoría es del arquitecto Enric Batlle, incluye el desarrollo de estas dos áreas que, aunque claves, no son los únicos puntos donde se actuará. El proyecto afecta al conjunto del tramo de cinco kilómetros de autopista y su entorno. En este sentido, la vía rápida no desaparece pero se segrega en un tronco central que permite prolongar a ambos lados de la B-23 la Diagonal: dos paseos con aceras, carriles bici y calzada para vehículos. Por lo que respecta a los alrededores, se recuperan zonas ahora marginales y que no se han podido desarrollar precisamente por la B-23. También está prevista la cobertura de la autopista a la altura del sector Bellavista de Sant Joan Despí, ampliar el puente sobre la autopista en el término municipal de Sant Just Desvern y soterrar un tramo de la vía a la altura del centro de Esplugues de Llobregat. El proyecto también contempla ampliar el parque Cervantes desde Barcelona hasta Esplugues, mejorando la conexión con Collserola. Y en resumen, hacer un paseo de 15,5 kilómetros entre el Llobregat y el Besòs.