Un fiscal pide volver a imputar a Fernández por la denuncia de Nisman
Nuevo giro en la denuncia contra la presidenta argentina hecha por el fallecido fiscal Alberto Nisman. El fiscal Germán Moldes pidió ayer que Cristina Fernández vuelva a ser imputada por el encubrimiento del atentado de la AMIA. La decisión confirma la guerra abierta entre fiscales y la división de la justicia en dos sectores muy politizados.
“Un magistrado inusualmente presuroso enervó todo el derrotero procesal y llegó a la fatal conclusión –sin mediar materialización de prueba alguna– de la ausencia de delito”, argumenta Moldes ante el tribunal de apelaciones que ahora debe decidir si imputa a Fernández o desestima la denuncia. El magistrado criticado por Moldes es Daniel Rafecas –tachado de kirchnerista–, que a finales de febrero desimputó a la mandataria después de que el fis- cal Gerardo Pollicita propusiera su imputación al hacerse cargo de la denuncia de Nisman. Pollicita había presentado recurso.
En este embrollo judicial y político, cabe tener presente que Moldes sólo pudo tomar esta decisión después de que el martes otro tribunal desestimara la recusación contra el fiscal presentada por dos de los acusados que acompañan a Fernández en la denuncia. La recusación apuntaba a la parcialidad antikirchnerista de Moldes por ser uno de los fiscales convocantes de la multitudinaria marcha del silencio, que el 18 de febrero pidió el esclarecimiento de la muerte de Nisman.
Mientras tanto, la investigación por el extraño fallecimiento del fiscal, ocurrido el 18 de enero, continúa enmarañándose. La turbiedad de los protagonistas del caso quedó en evidencia esta semana después de que el único imputado en la causa, Diego Lagomarsino –el ayudante informático que prestó a Nisman la pistola con que aparentemente se suicidó– declaró que la mitad de su abultado sueldo se lo entregaba al fiscal, con quien compartía la titularidad de una cuenta bancaria no declarada en EE.UU.
Lagomarsino reaccionó así a los ataques de la exmujer de Nisman, la juez Sandra Arroyo, que logró el registro de la casa del informático. Un informe de los peritos contratados por Arroyo, que ejerce la acusación particular, sostiene que no hay duda de que Nisman fue asesinado y que recibió el disparo cuando estaba arrodillado en el baño de su casa.
Tras la revelación de Lagomarsino, el gobierno ahondó en sus críticas a Nisman, de quien ya circulan por internet imágenes junto a modelos en prostíbulos de lujo. El primer ministro, Aníbal Fernández, calificó a Nisman de “sinvergüenza” y le acusó de usar fondos de la causa AMIA para “salir con señoritas”.