En pareja, más contentos
Aunque la mayoría de los humanos no logran definir qué es la felicidad, parece claro que lo que les hace sentirse bien y les permite una vida más llevadera es tener pareja, compartir los gustos, aficiones, las tristezas y las vivencias junto a otro.
Así lo refleja el último informe del Instituto Coca-Cola de la Felicidad, que dibuja el perfil del español feliz y que, de manera clara, señala que la mayoría de las personas que se declara satisfecha o altamente satisfecha con su vida tiene pareja. ¿Eso quiere decir que los que no tienen una no son felices? En absoluto. Según los expertos, hay muchas personas que consideran como situación ideal no tener un vínculo sentimental con otra persona. Entre ellos, muchos que en su día estuvieron emparejados y que han considerado que ese tipo de vida no les aporta bastante satisfacción. La libertad de la soledad les parece más grata.
Como señalan desde el Instituto Coca-Cola de la Felicidad, para estar bien no basta sólo con tener una relación. “Ésta debe ser sólida, duradera, estimulante y basada en el respeto para que realmente sea uno de los motores de nuestra felicidad”, indican. El amor (y todo lo que lleva aparejado, incluido el sexo) es el motor del bienestar personal siempre que ese amor llene a la pareja (a los dos). Una relación insatisfactoria es, por contra, uno de los factores más mencionados de infelicidad. Pero, incluso ante un desengaño amoroso, la ruptura afectará a nuestro estado general durante tres meses, según el estudio de los psicólogos Edward y Carol Diener. A los seis meses, “volveremos a estar en nuestro nivel medio de felicidad”, aseguran.
Tener una pareja da más satisfacción incluso que los hijos, según el Instituto Coca-Cola de la Felicidad (que hoy presenta
Según el Instituto Coca-Cola, el amor es el motor del bienestar siempre que sea satisfactorio
su nueva campaña coincidiendo con el Día de la Felicidad). Además, hombres y mujeres se declaran satisfechos con su vida, aunque a la hora de comparar los porcentajes globales se observa que, mientras el 81% de cuantos se mostraban felices vivía en pareja, el porcentaje baja al 48% si hay hijos en el hogar. Esto se explica, señalan los expertos, por que muchos de los encuestados mayores ya no convivían con sus hijos y, también, porque estos, aunque dan mucha satisfacción, también pueden provocar cierto estrés.
Una de las conclusiones del informe es que la felicidad depende de uno mismo... Y de ver “la botella medio llena”.