Macba, ¿y ahora qué?
El museo continúa inmerso en la crisis por la suspensión de la exposición ‘La bèstia i el sobirà’ con cruces de acusaciones entre los implicados
La crisis abierta el miércoles en el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (Macba) por la cancelación intempestiva de la exposición La bèstia i el sobirà, a causa de una escultura “inapropiada”, en la que aparecía el rey Juan Carlos, vivió ayer de puertas adentro otra jornada de máxima tensión, con asambleas de trabajadores y reuniones al más alto nivel en las que se trató de encontrar, sin éxito, una salida negociada a la fractura abierta entre el director Bartomeu Marí y sus dos colaboradores más próximos, los comisarios Valentín Roma y Paul B. Preciado, que se negaron a retirar la obra de la austríaca Ines Doujak objeto de la polémica. El cruce de acusaciones entre unos y otros (Marí responsabilizó al equipo curatorial de no haber sido informado con suficiente antelación, algo que estos negaron, al tiempo que calificaban la suspensión de “acto de censura” y prueba del “funcionamiento no democrático de una institución cultural pública”), hacía pensar que el conflicto desembocaría en cuestión de horas en la dimisión –o el cese– de todos o alguno de los implicados.
Pero de momento ninguno de los tres parece estar dispuesto a dejar el cargo. En declaraciones a TV3, Bartomeu Marí se reafirmaba en su decisión de no dimitir, aun reconociendo su “fallo” por no haber tenido conocimiento de la presencia de la escultura hasta el lunes (pidió disculpas) . Y Roma y Preciado, que hace unos meses dejaron de ser asesores externos del Macba y actualmente tienen una relación contractual con el museo, tampoco quieren poner fácil su salida. El tour de force continúa. Los dos comisarios fueron fichados hace poco más de un año y trajeron consigo el entusiasmo y la promesa de reactivar un centro que en los últimos años sufría de cierto letargo. Su salida volvería a dejar sin equipo a un director que, desde su nombramiento ha sufrido las sucesivas pérdidas de Carles Guerra (una renuncia involuntaria), Chus Martínez y el alemán Friedrich Meschede, los cuales presentaron su dimisión.
El desconcierto que se vive en el Macba se respira hasta en su cuenta de Twitter, que lanzó un mensaje a la hora en que tenía que haberse inaugurado La bèstia i el sobirà, con un enlace a la web: “És difícil entender y compartir algunas decisiones. Y también es difícil explicarlas serenamente en la vorágine mediática que estamos viviendo. Estamos seguros que encontraremos el espacio y el momento para compartir el debate que sin duda se genera después de una situación como esta”. La otra comunicación oficial del día fue la anulación de la convocatoria prevista para hoy en la que debía presentar la nueva temporada 2015. Es la segunda vez que se desconvoca y, de momento, no hay nueva fecha. “Seguiremos informando”, dice. Una verdadera encrucijada, por cuanto las actividades y exposiciones programadas tienen la autoría de Preciado y Roma.
Puertas afuera, el debate volvió a generar numerosos comentarios en las redes sociales y medios de comunicación, que trascendieron el ámbito puramente español. Marí insistió en TV3 sobre la inexistencia de presiones, pero, matizó, “cuando se toma una decisión así no se puede ignorar quienes son los miem- bros del patronato”. Pero lo cierto es que además de la crisis interna, la decisión supone un golpe fatal para la imagen del museo. ¿Y ahora qué? Desde el sector, representado por la Plataforma d’Arts Visuals , que reúne asociaciones de críticos, artistas, gestores, galeristas y espacios de producción, entre otros, se exige que el Macba abra la exposición (ya en desmontaje, según reza un cartel en la puerta), que se mantenga el proyecto de los comisarios, tal como ellos lo diseñaron y que se determinen responsabilidades de los hechos sucedidos y se averigüen cuáles han sido las ingerencias. Desde el ámbito político local. En caso contrario piden la dimisión de Marí. ERC y Barcelona en Comú descalificaron la decisión, que sin embargo sí ve acertada el PP.
Bartomeu Marí mantuvo una tensa reunión con los comisarios que no llegó a ningún acuerdo