Puro veneno
El bombo incluye mucho morbo para un Barça que se gana el respeto
JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ Luis Enrique Martínez, Josep Guardiola, Laurent Blanc y Julen Lopetegi compartieron vestuario en el Barcelona en la época de sir Bobby Robson. Corría la temporada 1996-1997. Como entrenadores los cuatro estarán muy atentos al sorteo de los cuartos de final de la Liga de Campeones que se celebra esta mañana (12.00 horas) en Nyon (Suiza). Porque al Barça le pueden corresponder viejos conocidos que dirigen al Bayern, al PSG y al Oporto, riva- les enconados como el Madrid o el Atlético, un grande que quiere reverdecer laureles como el Juventus y la revelación de la competición, el Mónaco. En uno de estos parámetros estará hoy el contrincante del Barcelona.
Aunque lo que sería la gran sensación es que los bombos de la UEFA depararan una eliminatoria entre el Barça y el Madrid justo a dos días de enfrentarse en un partido trascendental por la Liga en el Camp Nou. Hace cuatro años se midieron en semifinales y el equipo blaugrana acabaría conquistando la Champions en Wembley. Una era gloriosa que el conjunto barcelonista quiere volver a vivir. Lo mejor para el Barça es que ha recuperado el respeto de sus competidores con su progresión durante la campaña. Es el único equipo que puede presumir de estar entre los ocho mejores por octava vez consecutiva y cuenta con un Messi superlativo. Sin duda, es de nuevo uno de los cocos del sorteo, un adversa- rio que evitar por los demás. Para los amigos de las cábalas un dato: en cuatro de las últimas cinco veces en que ha habido tres equipos de una misma liga en los cuartos ha habido enfrentamiento fratricida. Sin ir más lejos, la pasada campaña cuando el Atlético apeó a los barcelonistas. En los otros precedentes los equipos siempre eran ingleses. Toda una parado- ja, teniendo en cuenta que la poderosa Premier se ha quedado esta vez en blanco.
Los jugadores del Barça no quieren descubrir sus preferencias. “Tengo mis gustos pero no los voy a decir”, comenta Mascherano, en la línea de su entrenador. “Nos da igual el rival que nos toque. A estas alturas cualquiera te puede ganar, todos tienen un gran nivel”, señala Alba. “De cara al sorteo lo único importante es que lleguemos bien a los cuartos de final”, afirma Iniesta. La razón le asiste puesto que la siguiente ronda se disputa el 14 y 15 de abril el partido de ida y el 21 y el 22 de abril el encuentro de vuelta. Si el Barça conserva su estado de forma o la mejora tendrá muchas cosas a su favor.
Si los futbolistas no se decantan demasiado sí que lo hacen los exfutbolistas. Como Charly Rexach. El miembro de la comisión técnica del club lo tiene claro. “No me gustaría jugar contra el Madrid ni frente al Atlético. Nosotros nos conocemos demasiado. Prefiero a un equipo extranjero”. Para el seleccionador catalán, Gerard López, lo prioritario
Cuatro de los ocho entrenadores coincidieron en el Barcelona en la campaña 1996-1997
Busquets ya se entrena y Luis Enrique da fiesta a dos días de recibir al Madrid, como hacía Pep
es evitar al Bayer. “Por el factor Pep, por lo mucho que se hablaría de su regreso y porque es un equipazo. Fácil no hay ninguno pero veo quizás más asequible al Mónaco. Irían por ahí los tiros”.
Mucho antes de que se dirima esa ronda el Barça recibirá al Madrid en la Liga. Los expertos ven con más opciones a los blaugrana, pero nadie da por enterrado ni mucho menos al equipo de Ancelotti. “El Madrid ha tenido un bajón físico, a los de arriba no se les ve con esa chispa que tenían antes pero no han jugado esta semana y el Barça ha disputado un encuentro muy duro frente al City”, apostilla Gerard. “El Madrid es muy peligroso porque va detrás y tiene necesidad de ganar”, opina Rexach.
Los jugadores de Luis Enrique, que vio como Busquets ya se entrenaba ayer, prepararán mañana el partido ante el Madrid. Hoy, si así lo prefieren, podrán seguir el sorteo por televisión. El entrenador les ha dado fiesta, como ya ocurrió el pasado lunes. En la época de Josep Guardiola al mando no era extraño que los futbolistas tuvieran jornada de asueto 48 horas antes de encarar un partido ante su principal adversario. El resultado casi siempre fue positivo.