Polifacético y polémico
Hoy se inaugura en China una exposición con 118 obras del escultor catalán
Un año después de la muerte del artista Josep Maria Subirachs, el polémico escultor de la Sagrada Família, en China se inaugura una exposición sobre su obra, que también protagoniza una muestra en el Centre del Carme de Valencia en la que, además de esculturas, pueden verse dibujos, pinturas, litografías, grabados y hasta un libro de bibliófilo.
El próximo día 7 de abril se cumple un año de la muerte del artista catalán Josep Maria Subirachs. En Catalunya sigue siendo el discutido escultor de la Sagrada Família, pero su nombre despierta renovado interés en lugares donde nunca llevó su obra. El pasado 3 de febrero se inauguró una exposición suya en Valencia y hoy se abre otra nada menos que en Tianjin, la tercera ciudad china, considerada la salida al mar de Pekín. El presidente del Institut Ramon Llull, Àlex Susanna, asiste a la apertura de una muestra que ha contado con la colaboración de esta entidad.
La exposición del Centre del Carme de Valencia (que estará abierta hasta el 26 de abril) reune casi un centenar de obras de Subirachs. Ha sido comisariada por la historiadora del arte Judit Subirachs-Burgaya, hija del escultor, quien ha querido mostrar el lado más polifacético del artista, incluyendo, además de esculturas, dibujos, pinturas, litografías, grabados, un tapiz, medallas e incluso un libro de bibliófilo realizado conjuntamente con el escritor Camilo José Cela. “Están representadas todas las etapas de su trayectoria, desde los inicios, aún bajo al influencia de sus maestros noucentistas, hasta la última etapa, caracterizada por una abstracción metafísica. Hay también piezas antológicas de la etapa expresionista de los años 50 y de la abstracta de los 60, aunque la etapa más representada es la de la llamada nueva figuración que se inicia en los años 70, cuando consolida su particular alfabeto simbólico”. El 95% de las obras expuestas en Valencia proceden de la colección privada de Francesc Castellví. Una parte de esa colección se puede ver habitual- mente en el hotel Estela de Sitges, de los empresarios y coleccionistas Antoni Almazor y Francesc Castellví, que cuenta con una intervención del propio escultor en las escalinatas del hall. El resto de las obras de Valencia han sido aportadas por la familia Subirachs. Se da la circunstancia que es la primera vez que se expone obra de este artista en Valencia, ciudad en la que además no existe ninguna obra pública suya.
Por otra parte, hoy se inaugura la exposición del Tianjin Art Museum (que se podrá ver hasta el 21 de junio). Es una de las retrospectivas más importantes de Subirachs que se han podido ver fuera de España. Se trata también de una cuidada selección de más de un centenar de obras de las más variadas técnicas y ha sido comisariada por Cyril Boisson y Judit Subirachs-Burgaya. Boisson es un coleccionista y marchante, que vive entre Arizona y Hong Kong, y uno de los grandes difusores de la obra de Subirachs en el continente asiático. Hace unos años ya llevó su obra a Shanghai. La muestra actual se trasladará posteriormente a Guiyang (donde se podrá ver en el Guizhou Museum del 4 de julio al 6 de septiembre) y en Wuhan (Hubei Museum, del 22 de septiembre al 27 de noviembre). Este proyecto itinerante empezó a fraguarse hace más de dos años, aún con Subirachs en vida pero ha resultado ser una operación muy compleja.
“En total se exponen 118 obras –ha explicado Judit Subirachs a este diario–, de las cuales aproximadamente el 60% pertenecen al legado familiar y el resto son de coleccionistas particulares”. La exposición ha sido financiada por el propio museo de esta ciudad, de unos 13 millones de habitantes.
El catálogo, en chino y en inglés, cuenta con una introducción del conseller de Cultura , Ferran Mascarell, y un estudio de Judit Subirachs donde explica la evolución del escultor y como “poco a poco va creando un alfabeto simbólico propio”.
Estas dos exposiciones vuelven a poner sobre la mesa la gestión del legado Subirachs. En el 2001 el escultor había llegado a un acuerdo con Caixa Penedès para la apertura de un museo sobre su obra en un edificio de cinco pisos en la calle Princesa de Barcelona, no muy lejos del museo Picasso. La obra social de esta entidad financiaba la construcción (10 millones de euros, entonces) y Subirachs se comprometía a una generosa donación. Pero la crisis de las cajas enterró el proyecto y la familia recuperó la importante colección, que ahora permanece en un almacén. “Tenemos el contenido, pero nos falta el continente”, explica Judit Subirachs. La familia –son tres hijos– está dispuesta a crear ese Espai Subirachs para perpetuar la memoria de su padre y desearían que estuviese en Catalunya, “pero si alguien de fuera nos hace una oferta interesante nos lo pensaremos, lo que no queremos es que la obra de Subirachs esté encerrada”.
Judit Subirachs ha comisariado las dos exposiciones, que presentan a un artista polifacético