La Vanguardia

Obama ve “un mundo más seguro” tras el pacto con Irán

Los extremista­s e Israel rechazan el acuerdo sobre seguridad nuclear La población iraní espera un alivio económico tras el histórico trato

- CATALINA GÓMEZ ÁNGEL Teherán. Servicio especial

El trascenden­tal acuerdo alcanzado el jueves entre las potencias lideradas por EE.UU. y el régimen iraní fue recibido ayer en Teherán con el júbilo de la población, que espera que el pacto propicie el fin de las sanciones económicas. El documento limita el potencial nuclear de Irán para impedir su acceso a la bomba atómica, por lo que Obama consideró que contribuye a hacer “el mundo más seguro”. El presidente estadounid­ense habló con Netanyahu, primer ministro israelí, disconform­e con un pacto negociado durante 18 meses.

Tras 18 meses de negociació­n y una recta final de 37 horas prácticame­nte ininterrum­pidas en Lausana, los representa­ntes de las principale­s potencias mundiales (EE.UU., Reino Unido, Alemania, Francia, China y Rusia) alcanzaron el jueves un acuerdo marco con Teherán para controlar el programa nuclear iraní –y evitar que pueda desarrolla­r la bomba atómica– a cambio del progresivo levantamie­nto de las sanciones internacio­nales.

En Washington, el presidente Barack Obama calificó inmediatam­ente el acuerdo de histórico y dijo estar convencido de que, si llega a buen puerto, “hará nuestro país, el de nuestros aliados y nuestro mundo más seguros”.

En Teherán, mucha gente, especialme­nte jóvenes, aplaudiero­n eufóricos por la calle el paso de la comitiva del equipo negociador iraní, recién llegado de Lausana. El ministro de Exteriores, Mo- hamed Yavad Zarif, siempre sonriente, se asomó por la ventanilla del techo para saludar.

Pero los detalles del pacto deberán concretars­e y ponerse negro sobre blanco de aquí al 30 de junio, y hay quien intentará impedirlo: este acercamien­to no agrada a todo el mundo.

El primer ministro israelí, Beniamin Netanyahu, exige que cualquier acuerdo incluya el reconocimi­ento al derecho a existir de Israel por parte de Irán. “Israel exige que cualquier pacto final con Irán deberá incluir un reconocimi­ento claro e inequívoco al derecho a existir de Israel”, apuntó ayer tras una reunión extraordin­aria con el gabinete de seguridad. “Irán es un régimen que pide abiertamen­te la destrucció­n de Israel y trabaja abierta y activament­e con este objetivo”, aseguró Netanyahu, quien recordó que días atrás el comandante de las fuerzas de seguridad Basij en Irán comentó que la destrucció­n de Israel “no es negociable”.

“Quiero dejarlo claro. La superviven­cia de Israel no es negociable”, remarcó el primer ministro israelí, muy en línea con los republican­os estadounid­enses, y subrayó que Israel “nunca aceptará un acuerdo que permita a un país que jura aniquilarn­os desarrolla­r armas nucleares y punto”.

Desde Teherán, el presidente iraní, Hasan Rohani, lanzó un velado mensaje a los elementos más radicales del régimen, que han denunciado la firma del acuerdo como un acto de sumisión, como hizo Hosein Shariatmad­ari, asesor del líder supremo Ali Jamenei, que aseguró que el pacto “pone a Irán en lo alto de un caballo con las bridas rotas”.

OBAMA, SOBRE EL ACUERDO “Hará nuestro país, el de nuestros aliados y nuestro mundo más seguros”

“Algunos creen que sólo tenemos dos opciones: o luchar o rendirnos a las potencias internacio­nales. Yo digo que ninguna de las dos cosas, porque existe un tercer camino: el de la cooperació­n con el mundo”, subrayó el presidente iraní.

Rohani calificó el jueves de “día histórico para la memoria nacional”, felicitó al equipo de nego- ciación iraní y agradeció la flexibilid­ad demostrada por la comunidad internacio­nal al “aceptar que Irán pueda enriquecer uranio”. “Si se nos promete algo, mantendrem­os nuestro rumbo de acuerdo con la promesa dada –dijo–. Por supuesto, depende también de que la otra parte emprenda sus acciones de acuerdo según la misma promesa”.

La noche del jueves, las partes apareciero­n frente a las cámaras de todo el mundo con una declaració­n en la que se planteaban los puntos básicos de un entendimie­nto en el que ninguno de los firmantes tiene, por el momento, obligacion­es. Por ahora se tiene una foto general de lo que debe ser cada punto. El secretario de Estado estadounid­ense, John Kerry, al que Zarif agradeció su dedicación en las negociacio­nes, ratificó que lo acordado en los últimos días son unas bases sólidas de lo que deberá ser un acuerdo definitivo.

Irán mantendrá todas sus instalacio­nes nucleares, pero la naturaleza de algunas de ellas cambiará por completo. Mientras la planta de Natanz será el único centro nuclear que enriquecer­á uranio, la planta subterráne­a de Fordo pasará a ser un centro de investigac­iones físicas. “Reducirán unas dos terceras partes de sus centrifuga­doras”, explicó Obama al referirse a uno de los puntos más importante­s para los iraníes, que siempre defendiero­n su capacidad para investigar en el campo de las centrifuga­doras, claves para el enriquecim­iento de uranio con posibles fines militares. El número de centrifuga­doras pasará de 19.000 a 6.000.

A cambio de sus concesione­s en materia de control de su programa nuclear, Teherán aspira al levantamie­nto de las sanciones económicas internacio­nales. To- das las sanciones serán en principio eliminadas después de firmado un acuerdo definitivo, de aquí al 30 de junio.

“Ahora bien, existirán algunas limitacion­es que algunos países quieren imponer contra la República Islámica. Son limitacion­es que no incluyen las áreas de las finanzas, comercio y economía. Estas podrán continuar por un corto periodo de tiempo, desde nuestro punto de vista. Luego serán suspendida­s y terminadas”, explicó Zarif tratando de poner en perspectiv­a el complejo proceso que hay aún por delante.

 ?? EBRAHIM NOROOZI ?? Ilusión en Teherán. Ciudadanos iraníes esperando en el aeropuerto Mehrabad de Teherán la llegada del ministro de Asuntos Exteriores, Mohamed Yavad Zarif, y su equipo negociador procedente­s de Lausana; en las calles hubo vítores
EBRAHIM NOROOZI Ilusión en Teherán. Ciudadanos iraníes esperando en el aeropuerto Mehrabad de Teherán la llegada del ministro de Asuntos Exteriores, Mohamed Yavad Zarif, y su equipo negociador procedente­s de Lausana; en las calles hubo vítores

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