Acerca de los límites
En primer lugar, toda mi compasión para los familiares de las víctimas de la terrible matanza que el copiloto Andreas Lubitz causó al estrellar el avión que pilotaba. Porque se ha tratado de una matanza. Que el motivo fuera una locura pasajera o larvada en el tiempo es algo que dudo que pueda saberse con exactitud. Aunque en los medios asoman algunas cosas que pueden haber sido negligencia por parte de sus examinadores. Consta que tuvo que dejar sus estudios por un tiempo debido a una depresión o estado de ansiedad, y que luego los retomó con “normalidad”. Quiero aclarar algo sobre la ansiedad: suele ser una alarma de la mente frente a un peligro, actúa como un semáforo, como una especie de aviso de que se está al borde de un abismo, sea real o fantasmático. No se puede menospreciar en ningún modo y menos en una persona que decide hacer una carrera en el ejercicio de la cual de él dependerá la vida de muchas personas.
En el fondo de la ansiedad o de la depresión, cuando es tan importante que obliga a dejar los estudios, hay una línea roja que no debe ser traspasada porque los humanos no podemos controlarlo todo. El ser humano es poliédrico, tiene muchas caras, y en función de lo que tiene ante sí responde con una cara o con otra, no por falsedad, sino porque quiere ofrecer lo mejor de sí mismo frente a los demás. Pe- ro ello aporta una dificultad añadida: a veces no se puede con lo que hay delante y falla el mecanismo de control, y si las circunstancias le son favorables, aquel traspaso de la línea roja que antes mencioné surge con una incontrolada potencia.
En resumen, en esa matanza surgió un plan larvado, controlado hasta ese fatídico momento, con el resultado de 150 muertos, él incluido. Hay que tener en cuenta esos episodios de ansiedad aguda y depresión como lo que son, una petición de ayuda de una persona que está debatiéndose entre vivir o morir. Y en los exámenes médicos y psiquiátricos de los pilotos y conductores de transportes públicos no se pueden minimizar esos episodios porque cada cual tiene sus límites.