“Este es un mundo diferente”
California impone un recorte del 25% en el consumo de agua por la sequía extrema
Existen estudios que describen la magnitud del desastre. En California, en diciembre del 2011, había 50.000 personas que vivían bajo condiciones de sequía. Esa cifra ha pasado a 37 millones en poco más de tres años. El gobernador del estado, Jerry Brown, se fue de excursión –oficial– el miércoles. Visitó un lugar en Sierra Nevada que, en esa fecha y en condiciones normales, precisaría de esquís. Esta vez resultó más que suficiente calzar botas. “Hoy estamos de pie sobre una hierba seca cuando debería haber metro y medio de nieve”, dijo un compungido gobernador.
En medio de esa estampa, Brown anunció una medida de crisis sin precedentes, inédita. Su orden de control del consumo de agua, incluidos los hogares, se ha marcado el objetivo de recortar el 25% de ese gasto en un plazo de nueve meses. Esto afectará a las 400 agencias de suministro, que dan cobertura a un 99% de la población.
Su impacto va de la vida urbana a la rural, sin excepciones. Cada una de estas empresas tendrá que aplicar planes específicos, diseñados por ellas mismas, para alcanzar el reto. Queda claro que esta iniciativa afecta directamente a los propietarios de casas, a los agricultores y otros negocios, así como a los campos de golf o al mantenimiento de cementerios.
Habrá que reducir la irrigación de jardines y parques, terrenos en los que se consume una gran cantidad de agua. Pe- ro también supondrá reducir el lavado de coches o las duchas.
“La gente debe entender que esta es otra era”, indicó el gobernador. “La idea de que tu bonito verde césped ha de estar siempre regado... esos días han pasado”, remarcó Bronw.
La directiva sale a la luz después de que, hace algo más de doce meses, Brown solicitara un recorte voluntario del 20%. En la mayor parte del estado su intento fracasó, a pesar de que California pasa por uno de los periodos de sequía más prolongados, de casi cuatro años. En el paisaje insólito de Sierra Nevada, Brown sostuvo que California debe cambiar sus hábitos de
La orden del gobernador afecta a los campos de golf y los jardines, pero también a las duchas
consumo de agua. “Este es un mundo diferente y hemos de actuar de otra forma”.
Hay científicos que no observan un vínculo claro entre el déficit de lluvias y el cambio climático. Pero sí que el calentamiento global haga que sean más habitual las altas temperaturas en California. Esta circunstancia agrava la sequía al provocar una evaporación más rápida.
La orden ha originado el cruce de acusaciones de los urbanitas a los rurales, y de estos contra los señores de los jardines.
“Todos tenemos algo que hacer –les contestó Brown– y todos podemos hacerlo mejor”.