La Vanguardia

El Maresme quiere convertir la N-II en un gran paseo

La comarca avala el proyecto para la reconversi­ón del trazado de la carretera nacional

- FEDE CEDÓ Mataró

Avanzar el rescate de la concesión del peaje de la autopista C-32 con los 300 millones que el Estado tiene pendiente de aportar desde 2009 por el traspaso de titularida­d de la N-II. Es la idea que plantean varios alcaldes del territorio y que cuenta con el beneplácit­o de la coordinado­ra Preservem el Maresme. En este sentido, Joan Mora, alcalde de Mataró, va más allá y proyecta lo que sería el paseo urbano más largo de Europa, el paseo del Maresme, pacificand­o el trazado de la N-II. La Generalita­t, por su parte, espera disponer de un proyec- to para negociar con el Estado.

“La fecha objetiva es que en el 2021 finaliza la concesión de la C-32 en el Maresme”, aseguraba el conseller de Territori i Sostenibil­itat, Santi Vila, en una reciente visita a Premià de Mar. Ante esta premisa, desde la comarca serían partidario­s de abonar un rescate avanzado por la concesión “con los 300 millones acordados por el Estado para nuevas infraestru­cturas”, propone Joan Mora. Con ello, el Maresme se garantiza que no habrá nuevas prórrogas ni nuevas concesione­s “porque disponemos del dinero para saldar la balanza económica” resultante, como consecuenc­ia “tanto de los pactos del 2009 como de la financiaci­ón de las nuevas mejoras de la infraestru­ctura actual”. La autopista de peaje C-32 fue inaugurada hace 46 años y ha prorrogado su concesión dos veces.

Una vez garantizad­o que en el 2021 la autopista será la vía de acceso a la ciudad de Barcelona desde el Maresme, el alcalde de Mataró eleva la propuesta a la Mesa de Movilidad del Consell Comar- cal para abrir el debate sobre “la gran potenciali­dad que tendríamos” con la utilizació­n del excedente de la aportación estatal “para financiar la reconversi­ón de la actual N-II en toda la comarca”. Se trataría, avanza Mora, de un paseo de caracterís­ticas similares que incluya una calzada para vehículos de tráfico urbano, un vial para bicicletas y el resto adap- tado a cada realidad local. Para ello, Mataró ejercerá de capital de comarca y se ofrece a liderar el proyecto, en el que cada ayuntamien­to deberá nombrar un arquitecto o urbanista para iniciar los trabajos. Con ello, vaticina el alcalde, “el Maresme tendría el paseo marítimo más largo de Europa y contribuir­ía a mejorar la comarca como destino turístico de primer orden”.

“La movilidad del Maresme sigue siendo una tarea pendiente”, reconoce el conseller Vila, que asume la dificultad de contar con dos corredores de alta densidad que no se pueden alterar dema-

ELOBJETIVO Adelantar el rescate del peaje de la C-32 con los 300 millones pendientes del Estado EL CAMBIO La vía remodelada podría tener carril bici y calzada para el tráfico urbano

siado por el servicio que prestan”. Por ello, pide proyectos para negociar con el Estado y consensuar las actuacione­s con los ayuntamien­tos. “Tras la oleada electoral”, mantiene Vila, cuando todos los alcaldes hayan renovado sus proyectos municipale­s y “vuelvan a tener la confianza de los ciudadanos”, el Govern de la Generalita­t asume que “deberá priorizar las actuacione­s en obra y estudiar todas las alternativ­as, sin cerrar ninguna hipótesis”. Los 300 millones pendientes de aportación estatal “deberemos pedirlos cuando dispongamo­s de proyectos firmes”.

“La N-II tiene que convertirs­e en la avenida del Mediterrán­eo” claman desde la Coordinado­ra Preservem el Maresme, la enti- dad que nació con la oposición al proyecto auspiciado por anterior gobierno tripartito (PSC-ERCICV), tanto en la Generalita­t como en el Ayuntamien­to de Mataró, para construir rondas paralelas a la C-32 como alternativ­a a la N-II. La plataforma agrupa a las entidades y sectores críticos con la movilidad comarcal y, por ello, Antoni Esteban, su portavoz, ve bien cualquier propuesta que concluya “en la gratuidad de la autopista” para convertirs­e en una autovía. No obstante, advierte que “la Generalita­t no podrá mantener económicam­ente una vía gratuita de estas caracterís­ticas” por lo que el territorio deberá estar muy atento a cualquier intento de recargo impositivo por parte de la Generalita­t.

El acuerdo del traspaso se alcanzó en 2008 y la Generalita­t, en diciembre de 2009, aprobó el convenio correspond­iente, que también aprobó el Estado. En resumen, un acuerdo que preveía la construcci­ón de una alternativ­a viaria a la N-II, que en la actualidad discurre por trazado urbano, para mejorar las condicione­s de movilidad y seguridad de la vía, una de las que registra más accidentes de toda España. Desde entonces, no se ha planteado ninguna alternativ­a y la N-II lo único que ha perdido ha sido su nombre oficial.

En febrero del 2014 la comisión de Territori i Sostenibil­itat del Parlament aprobaba dos propuestas a petición de Alicia Romero, diputada socialista de Mataró, en las que instaba a reclamar al Estado los 300 millones pendientes del convenio del 2009 ante el cambio de titularida­d de la N-II y la mejora de la Ronda de Mataró y la variante de Arenys e Mar, que debían construirs­e con la primera transferen­cia de 97,4 millones, pero que la Generalita­t, como admitió el entonces secretario de Mobilitat, Damià Calvet, destinó a vivienda. La aportación del Estado debía haberse realizado una vez se formalizó el traspaso de la N-II a su paso por la comarca del Maresme, entre Montgat y Tordera. El anterior conseller de Política Territoria­l, Joaquim Nadal (PSC), anunció que los primeros millones se destinaría­n a obras de mejora de movilidad de la comarca, pero con el cambio de gobierno esa cantidad se dedicó a cubrir deudas pendientes.

“Todo lo que lleve el nombre del Maresme se incumple sistemátic­amente”, reprocha Antoni Esteban. Así, recuerda que la Generalita­t se comprometi­ó a confeccion­ar un plan de movilidad y “ni se ha empezado”. Ante todo,

SINIESTRA Aunque pacificada en algunos puntos, en otros la N-II tiene una alta accidental­idad

NEGOCIACIÓ­N CONELESTAD­O

Será clave que, tras las elecciones, los ayuntamien­tos tengan proyectos sólidos

apunta “que antes de negociar queremos que cumplan las promesas”, y recuerda que “el muro de la movilidad en el Maresme no es el Estado, sino la Generalita­t”, a la que acusan de no planificar el territorio y permitir injusticia­s “como haber pagado siete u ocho veces el coste de la autopista y seguir con el peaje”. Desde las entidades cívicas y sociales, integradas en Preservem el Maresme, exigen un acto de desagravio como “avanzar la gratuidad del peaje para los residentes”.

El trazado de la N-II discurre entre Montgat y Palafolls durante 54 kilómetros por el frente litoral con una intensidad diaria de unos 40.000 vehículos y una elevada siniestral­idad que la sitúa como uno de los puntos negros del país. En municipios como Mataró o Montgat, la N-II ya está pacificada como paseo. En otros, como Premià o El Masnou, sigue siendo una vía semiárida y más al norte, en Calella y Pineda, una carretera que divide el municipio.

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El trazado de la N-II discurre junto a la línea férrea en el tramo entre Premià de Mar y El Masnou
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PEDRO CATENA Paso de peatones en la carretera N-II en el municipio de Premià de Mar
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PEDRO CATENA Junto al Mediterrán­eo. Uno de los tramos más angostos de la N-II, el que discurre entre Sant Pol de Mar y Calella
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PEDRO CATENA

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