La Fundación Francisco Godia cierra su sede
El destino final de la colección privada se ignora
La Fundación Francisco Godia confirmó ayer el rumor que desde hacía semanas circulaba sobre el cierre de su sede y su sala de exposiciones en Barcelona. Un escueto comunicado anunciaba el fin de las actividades y ponía el colofón a una historia de quince años, aunque ahora se abren nuevos interrogantes tanto sobre el destino de la colección como sobre el futuro de la sede de la calle Diputació.
Con esta decisión desaparece uno de los museos privados más importantes de Barcelona que tenía su sede en la antigua casa Garriga Nogués, un edificio modernista del arquitecto Enric Sagnier. La fundación abrió espacio expositivo el 1 de diciembre de 1999 en la calle València y nueve años más tarde se trasladó al actual edificio, tras una importante obra de rehabilitación. Liliana Godia, hija del que fuera empresario, coleccionista y deportista de fórmula 1 Francisco Godia, dedicó la fundación a mostrar una de las colecciones privadas más relevantes, que incluye desde tallas románicas y góticas de gran valor hasta obras de Sorolla, Casas, Rusiñol, Tàpies o Barceló.
En un comunicado hecho público ayer, la Fundación Francisco Godia, hace “un balance positivo” de la labor realizada y anuncia que “a partir de ahora seguirá trabajando desde el ámbito privado en favor del reconocimiento de la importancia del coleccionismo”. Eso significa que seguirá prestando obras para exposiciones temporales organizadas por otras entidades. La nota concluye agradeciendo el apoyo de empresas e instituciones, así como de su patronato, asesores, patrocinadores y medios de comunicación, y a los colaboradores que han participado en sus actividades. Anteriormente, la fundación se había quejado de la falta de ayudas públicas.
En los últimos meses han existido negociaciones entre la fundación Godia y la fundación Mapfre sobre la posibilidad de que esta entidad madrileña pudiera instalarse en régimen de alquiler en la casa Garriga Nogués y pudiera contar de ese modo con un espacio propio para organizar exposiciones en Barcelona. Oficialmente ninguna de las dos partes quiso confirmar ayer este extremo.
Y nada se sabe tampoco del destino de las obras, salvo que el pasado mes de diciembre se subastó en Sotheby’s de Londres uno de los cuadros de Liliana Godia, el óleo de Joaquín Sorolla Vuelta de la pesca. Playa de Valencia. Se vendió en unos 3 millones de euros.
En los últimos meses Mapfre ha negociado para tener un espacio propio de exposiciones en la sede modernista