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Las propuestas para hacer del turismo en Barcelona un negocio sostenible a largo plazo, y el interés de los más jóvenes por la política.
UN trabajo del Centro Reina Sofía sobre adolescencia y juventud no sólo echa por tierra el tópico del desinterés de los jóvenes hacia la política, sino que pone de manifiesto la creciente voluntad de protagonismo de este sector de la sociedad española por la cosa pública. El estudio evidencia el rechazo hacia la política tradicional, los partidos políticos y las críticas hacia un sistema que consideran periclitado y que es necesario cambiar con el concurso de la ciudadanía.
La pasividad y desinterés de los jóvenes hacia lo colectivo viene desde que los partidos se hicieron con el poder político, lo ejercieron de forma opaca y se limitaron a reclamar cada cuatro años el voto del ciudadano. Pero la profunda crisis económica ha provocado en los jóvenes la necesidad de reclamar otra forma de hacer las cosas, no sólo en la política. Califican la situación actual de “crisis del sistema imperante”, apuestan por una efectiva participación de todos en lo que concierne al común y creen que únicamente habrá un cambio real si los ciudadanos se organizan para hacerlo efectivo. Es decir, apuestan por un protagonismo en la acción política que hace poco era impensable.
Este cambio proactivo en la mentalidad de los jóvenes es una buena noticia, sin duda. El estudio sintetiza la ideología de los jóvenes encuestados en tres sectores: activistas politizados (46,1%); conservadores institucionalistas (36,7%); e individualistas pasivos (17,2%). Al margen de sus posicionamientos, es una gran mayoría la que se siente concernida por la política, como una cuestión común y a la que es preciso incorporarse. No a través del sistema actual de partidos, con el que se muestran muy críticos, sino con la participación activa del ciudadano, a través de los medios que proporcionan las nuevas tecnologías, para que puedan expresar su opiniones, proponer medidas o debatir programas electorales o planes urbanísticos, de estudios, etcétera.
Todo ello indica que ya no habrá más cheques en blanco, sino una actitud crítica que los partidos, los actuales, los que están emergiendo y los que puedan surgir en un futuro, deberán tener muy en cuenta. Por ejemplo, 9 de cada 10 de los jóvenes consultados en el estudio considera que el problema más grave de la sociedad española actual es la corrupción y se muestran muy críticos con la tradicional pasividad de la ciudadanía ante esta reprobable situación y comportamiento. Es evidente que la actitud que tomen los políticos ante este fenómeno tendrá una gran importancia entre los electores más jóvenes.