La importancia de que no se vea como derecho
El Gobierno y el PP insisten en los últimos días en el mensaje de que “el aborto no es un derecho”, como ayer subrayó en declaraciones a RNE el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso. La relevancia de esta afirmación no es sólo filosófica o conceptual, sino que puede tener evidentes consecuencias en la regulación de la materia. El grupo parlamentario del PP está en esa reflexión, con el objetivo de lograr el máximo consenso en la reforma en ciernes. Los populares renunciaron a los cambios de fondo elaborados por el anterior ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, alegando la búsqueda del mayor acuerdo posible, sobre todo en sus propias filas. Por ello se puso todo el acento en el requerimiento del permiso paterno para que las menores de edad puedan interrumpir el embarazo. Pero para un sector del PP ese cambio era insuficiente. De ahí que se destaque el mencionado principio de que “el aborto no es un derecho”, porque esa afirmación entronca con la filosofía que inspiró el recurso que el PP presentó en el Tribunal Constitucional (TC) sobre la ley de plazos aprobada bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero (PSOE). Con la idea de que el aborto no es un derecho se lanza claro mensaje al TC en el sentido de que el PP no ha variado su criterio sobre la cuestión, aunque ahora no la modifique legalmente. Salvo cambios mayores, los populares, en suma, resitúan el debate en el ámbito del Constitucional, a la espera de una sentencia que respalde su recurso. / J. M.ª Brunet