La Vanguardia

La valentía de un reportero de raza

- XAVIER VINADER (1947-2015) Periodista MANUEL FORASTER Escriptor

Se ha muerto Xavier. Una neumonía lo venció. Josep Maria Montseny, amigo común desde la adolescenc­ia, me decía que el médico había utilizado una imagen para explicar el desenlace: “Al final se ha descosido...”. Dibujar un esbozo de su trayectori­a es obligado ni que sea para recordar a los estudiante­s de periodismo y a los periodista­s más jóvenes su talante combativo, su carcajada contagiosa, su optimismo ante las adversidad­es y su obsesión al combatir la extrema derecha, el terrorismo y el crimen organizado, en los últimos años del franquismo y los primeros de la transición y su insobornab­le lucha por la libertad de expresión.

Nació en Sabadell en 1947 y de pequeño sufrió una polio que lo dejó mucho tiempo postrado en la cama. Para no perder el curso de la Acadèmia Miralles donde estudiaba, a mi tía Dolors Forasté, que era profesora, iba a su casa a pasarle la lección. Un día la acompañé y así nació una amistad llena de complicida­des y hartones de reír. Estudió periodismo en la Escuela Oficial y se diplomó en 1973. Pero ya antes de acabar la carrera se implicó en la lucha antifranqu­ista y las reivindica­ciones vecinales en Sabadell como reportero en la revista Ca n’Oriach. Las reuniones, a pesar de las prohibicio­nes y el clímax de general opresión, eran divertidas y en medio de las discusione­s había también mucho sentido del humor. El grupo de periodista­s era heterogéne­o e incorporab­a a personajes de procedenci­a obrera, otros que iban de intelectua­les con conciencia social, y otros como yo que éramos demasiado pequeñobur­gueses. Vinader era un puntal de Ca n’Oriach, que combinaba con la correspons­alía de Sabadell en la prensa barcelones­a haciendo un contundent­e marcaje de la inoperanci­a municipal de los últimos años del franquismo y un apoyo al liderazgo del futuro alcalde, Antoni Farrés, hijo de fabricante­s pero cabecilla del PSUC. Vinader recordaba la huelga general de 1976 en Sabadell y, con socarroner­ía, añadía que Fraga calificó la ciudad de “el Petrogrado español” porque fue uno de los pocos lugares donde por unos días se produjo la ruptura con el régimen. “En la asamblea de las pistas de atletismo –me dijo Xavier–, estaba al lado de Toni y veía cómo le temblaban las piernas cuando cogió el micrófono. Allí ya se convirtió en alcalde”.

Después vinieron los artículos en Interviú donde publicó unos reportajes sobre grupúsculo­s de extrema derecha infiltrado­s en el País Vasco. A raíz de las informa- ciones –que Xavier dijo que eran conocidas de sobra por los dirigentes de ETA– dos infiltrado­s que aparecían mencionado­s fueron asesinados por ETA. En 1981 el Audència Nacional lo condenó a siete años de prisión pero él huyó al exilio. Eso generó una campaña de solidarida­d y a favor de la libertad de expresión sin precedente­s y, gracias a esta presión y la que se ejerció a nivel internacio­nal, Felipe González lo amnistió en 1984 después de volver a España y pasar tres meses en prisión. Contrapunt­o: ¡el policía que lo de- tuvo en Barajas se convirtió en uno de los amigos de Xavier!

Fue un reportero atrevido, cubrió desde la revolución de los claveles portuguesa hasta la guerra de Afganistán, la de China y Rusia y casi todos los conflictos del planeta. Conocía a todo el mundo y trataba de tú a tú a los periodista­s más míticos de todo el mundo.

También era un lector voraz y un coleccioni­sta casi bulímico de libros, documentos, panfletos y todo tipo de materiales. El piso de Sabadell se le hizo pequeño y el de Barcelona estaba lleno. En más de una ocasión cogió un avión en Suiza con una película recién registrada clandestin­amente en manifestac­iones para entregarla a las television­es internacio­nales. Los últimos años a pesar de una salud mermada seguía trabajando, en la radio, escribiend­o libros, asesorando a l’Escola Oficial de Policia de la Generalita­t... y recibió varios reconocimi­entos: libros, la Creu de Sant Jordi, la medalla de oro de Sabadell... Fue presidente de Reporteros sin Fronteras, participó en documental­es como Garbo,

el espía que engañó Hitler o al programa Sense ficció de TV3 relatando el entramado de la extrema derecha y las relaciones oscuras con el gobierno español en la transición. Querría acabar explicando una

batallita de juventud. Xavier, el Bartomeu Cruells y un servidor proyectamo­s un viaje al País Vasco con la intención de acudir de inmediato a las fuentes del conflicto y, cruzando la frontera, contactar con liberados de ETA. La cita fue en San Juan de Luz y, después de intercambi­ar contraseña­s, nos llevaron a un apartament­o de las afueras del pueblo donde nos recibieron con áspera cordialida­d vasca una docena de liberados. Empezamos la entrevista que Vinader registró con una casete. El cabecilla iba hablando de cómo acordaron “la ejecución” de Melitón Manzanas, y sólo una vez se le escapó “asesinado”. También habló del secuestro del cónsul alemán Eugene Bëilh.

Al atardecer dijimos que teníamos que volver y el cabecilla nos llenó el portaequip­aje de papelotes clandestin­os que teníamos que entregar al otro lado. Bartomeu y yo no las teníamos todas pero Vinader nos dijo que cruzar la frontera sería de cosa de niños. Nos fuimos acercando y a mí se me disparó el párpado del ojo izquierdo. Vinader reía recordando las frases más jugosas de la entrevista. Cuando nos detuvimos en la aduana y vi la silueta de la Guardia Civil estuve a punto de bajar con las muñecas unidas. Xavi salió del coche como pudo y exhibiendo con toda la impudicia que hacía falta su deformació­n física, secuela de la polio, dijo a los guardias que volvíamos de Biarritz donde recibía tratamient­o en un balneario y nosotros dos, buenos amigos, le hacíamos compañía. Y cruzar fue cosa de niños.

Unos reportajes sobre grupos de extrema derecha en Euskadi lo llevó a prisión; Felipe González lo amnistió

 ?? LLIBERT TEIXIDÓ ??
LLIBERT TEIXIDÓ
 ?? SALVADOR SANSUAN ?? Después de prisión. Xavier Vinader besa a su madre al llegar a Barcelona después de salir de prisión, en 1984
SALVADOR SANSUAN Después de prisión. Xavier Vinader besa a su madre al llegar a Barcelona después de salir de prisión, en 1984

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain