Roma ante la otra orilla
Llega a Italia casi otro millar de inmigrantes rescatados en el canal de Sicilia
El Parlamento italiano aprueba una resolución en la que no excluye que el Consejo de Seguridad de la ONU pueda decretar un bloqueo naval frente a las costas de Libia para combatir el tráfico de personas a manos de las mafias.
El Parlamento italiano aprobó ayer una resolución, el día previo a la cumbre extraordinaria de la UE sobre la emergencia migratoria, en la que no excluye que el Consejo de Seguridad de la ONU pudiera decretar un bloqueo naval frente a las costas de Libia.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, se había mostrado días atrás muy escéptico sobre la viabilidad de un bloqueo naval, pues dijo que sería “hacer un favor a los traficantes”, dado que los barcos que realizaran el bloqueo se verían obligados a recoger a las personas en barcas a la deriva. Sin embargo, ayer el Partido Democrático (PD) no se opuso a la iniciativa presentada por Forza Italia.
Parece evidente que existe mucha confusión y dudas. Se habla de acciones militares quirúrgicas para destruir la infraestructura de los traficantes y hundir sus barcas, pero todos son conscientes de que se trata de planes difíciles de llevar a la práctica.
Renzi intenta un equilibrio entre la presión a la UE para que se implique más y la censura al populismo de algunos políticos italianos que, según él, apelan “a la panza” de los ciudadanos, a los sentimientos más primarios, y proponen soluciones tan simplistas como irrealizables. El primer ministro instó Bruselas a que no sea “un docto club de especialistas y técnicos que saben todas las dinámicas geopolíticas pero se olvidan de dar una respuesta al dolor”. “De la UE necesitamos una respuesta orgánica, estratégica y plural a lo que está sucediendo y a lo que nos tememos que todavía pueda ocurrir”, agregó.
En un artículo publicado en The New York Times, el jefe del Gobierno italiano recordó que el Estado Islámico está presente en Libia e insinuó que con la inmigración masiva se corre también un riesgo terrorista. “No todos los que van en esas barcas de traficantes humanos son familias inocentes”, escribió Renzi.
En el debate participó ayer el siempre incendiario Beppe Grillo, líder del Movimiento 5 Estrellas (M5E), quien exigió que se expulse a todos los inmigrantes clandestinos que no obtengan la categoría de refugiados políticos. Grillo citó la alarma, expresada por la ONU, sobre la llegada de hasta un millón de personas en los próximos meses. “Ya no se tratará de inmigración sino de estado de guerra, de un conflicto social en el que nadie tiene la menor idea de cómo puede acabar”, escribió Grillo en su blog.
La retórica de los políticos se produce en paralelo a la llegada a los puertos italianos de más personas rescatadas en el mar. Se intenta distribuir lo más pronto posible el flujo humano para no colapsar los centros de acogida. Ayer desembarcaron en Salerno (Campania) 545 inmigrantes y solicitantes de asilo. Otros 446 lo hicieron en Augusta, en el este de Sicilia. La Guardia Costera rescató a los pasajeros de dos lanchas neumáticas frente a Libia: en total 115 personas.
La cadena italiana Rai News 24 logró entrar en los centros de detención para inmigrantes cerca de Misrata. Los testimonios eran parecidos: hombres, mujeres y niños huidos de Somalia, Eritrea y otros países africanos. Los entrevistados reconocieron que la travesía del Mediterráneo es peligrosa y que pueden morir, pero la respuesta unánime fue que lo intentarían y que pondrían su vida en manos de Dios.
“No todos los que van en esas barcas son familias inocentes”, escribe el primer ministro en el ‘NYT’