Katharine Polk, nueva novia americana
La diseñadora invitada de la Bridal Week, hoy en pasarela
Katharine Polk, neoyorquina con toques californianos, exquisita mezcla la de esta joven diseñadora, de padre inglés y madre estadounidense, que presenta a mediodía de hoy su colección en la Bridal Week de la Feria.
Juega con su melena insistentemente mientras sus rodillas escapan de esas roturas que encarecen el jean más chic. Es su modo de trabajar en puro contraste con su obra, una ropa elegante, conceptual y sofisticada, tan masculina en sus postulados como femenina en su realización. La colección se llama Houghton, el middle name de otra Katharine que admira, Hepburn, y por eso las costuras encierran el secreto de una dualidad bien resuelta cuado se tiene todo muy claro: nadie pudo dudar de la orientación sexual de la estrella (o sí), aunque hombreras, pantalones y camisas de cierta ambigüedad manifiesta pudieran facilitar otras claves.
A Katharine le gusta el riesgo. Fascinada por la moda, tanto por la profesión como por negocio, estaba estudiando diseño en Los Ángeles cuando recibió una oferta de tra- bajo de los sofisticados Badgley Mischka y no lo pensó dos veces: plantó la graduación y se instaló en la Gran Manzana, en el selecto barrio de Chelsea, donde vive hoy con su novio. Tenía entonces 21 años y el futuro se abría a sus pies. Estuvo tres años desempeñando diversas funciones en la firma hasta que lo dejó para pasar a ser la editora de moda americana de una revista británica, irónicamente llamada Fiasco. Después de un año, se sintió preparada para dar el salto a crear su propia marca, de la que espera no perder nunca el control absoluto. Con sus propios recursos y una aportación (económica) de sus padres (personajes importantes de la cultura y el showbusiness americano) lanzó en el Lincoln Center de Nueva York su primera colección en el 2012 (en primavera la de ropa de día y fiesta y en octubre la de novia), empezando así una rutina de cuatro desfiles anuales. Trabaja para chicas a las que les guste algo más que el ready to wear, y ellas son su me- jor inspiración. “Les ofrezco algo distinto a lo que puedan encontrar en el prêt-à-porter”, dice con una cautivadora sonrisa. Su ropa es cómoda y cree en la fórmula menos es más: nunca peca por exceso. Y con una peculiaridad: son patrones intercambiables, así en muchas ocasiones, cualquier traje puede ser nupcial. Hoy los verán desfilando sobre alfombras.
En un mundo repleto de atracciones fatales, varias celebridades usan sus vestidos en las alfombras rojas. De Jessica Biel a Emma Roberts, de Lily Collins a Kate Hudson, pasando por Rose Byrne, Ashley Simpson, Vanessa Hudgens o Selena Gómez todas visten de Houghton. “¿Presta sus vestidos?” “Algunas veces, luego se convierten en clientas”, dice sin un ápice de vanidad, “aunque muchas ya lo eran”. añade. Una cosa tiene muy claro: “A la que devuelve un traje sucio no le dejo nada más”.
Su visita iniciática a Barcelona tiene dos objetivos: añadir la ciudad a su red europea de ventas tras Londres y París, y seguir su singladura por el mundo (está en puertas Australia y Oriente medio). Y también para conocer nuestro país, del que apenas conoce a Gaudí. Dado que viaja con sus padres y su novio –un joven serbio que la ayuda en el negocio–, se darán un baño de cultura catalana. Y les encantaría ver un partido de fútbol, deporte que considera “curioso”. Vivió la victoria del Barça desde el palacio de Pedralbes, donde se celebraban los 25 años de los salones de moda nupcial. Y la familia entera se hizo fan del Barça, aunque fuera por ósmosis.
LA COLECCIÓN Se llama Houghton en honor al ‘middle name’ de Katharine Hepburn
IDENTIDAD Elegante y chic, sus siluetas siguen la máxima de que menos es más