‘Días de cine’ con autor
Para celebrar el centenario del nacimiento de Orson Welles, el programa Días de cine de la 2 nos ha propuesto una edición especial ( Mister Welles) muy estimulante, interesante y significativa. En primer lugar porque no es un programa simplemente divulgativo, sino que se presenta con autoría caligráfica de Javier Sales, guionista y director, como bien quedaba explícito al final, cuando al emular los créditos de El esplendor de los Amberson, se leían en voz alta el nombre de sus responsables, siendo Sales el que le tocaba la última y más decisiva de las funciones creativas. Esta significación no es un gesto de arrogancia, es simplemente reivindicar para el lenguaje televisivo lo que es normal en el del cine: que las obras con personalidad tienen autores, y que éstos tienen el derecho y la obligación de presentarse como tales. Esto es lo que se hacía en los tiempos del Arsenal de Huerga: una obra puede ser fruto de un equipo de documentalistas, guionistas, montadores y directores, pero es importante calificar la función de cada uno y resaltar así su singularidad.
Este Mister Welles contiene algunos detalles de concepción y montaje que vale la pena resaltar. El más importante es la manera de dar continuidad a un material de archivo que proviene en gran parte del propio fondo documental de TVE, pero que en esta ocasión se presenta siempre de forma contextualizada, explicitando el año y la fuente desde la que habla un testimonio, o dejando bien claro si proviene del No-Do. De esta manera es mucho más sencillo saber el contexto cultural y político de aquel documento, si es del tiempo franquista o de la transición, algo que normalmente se obvia en los programas que TVE dedica a su fondo patrimonial. Algunos de los testigos filmados lo son de ahora, y el conjunto se encadena con naturalidad y sin evitar contradicciones interesantes y reveladoras entre ellos.
A Mister Welles encontramos también formas experimentales de tratar las imágenes, tales como el uso de la estética de los recortes de película para encadenar las secuencias de archivo, o una forma innovadora de presentar los rótulos que traducen, no debajo sino al lado, las palabras de Welles, dando así densidad a la oralidad del cineasta. La selección de materiales de archivo reivindica su ambición experimental y ensayística, la de un creador desbordante de proyectos y la imposibilidad de un sistema para poderlos afrontar.
Vale la pena resaltar también la importancia que se da a las incursiones de Welles en el lenguaje televisivo, que él reivindica en un fragmento de la entrevista que le hace el periodista Ed Murrow. El programa incluye algunas de estas emisiones de Welles para este medio y de esta manera nos interpela profundamente al respecto. Su fe pragmática en las posibilidades creativas de la televisión sigue siendo una referencia ineludible. Programas como Mister Welles sirven para recordarnos que esta batalla por la innovación en la televisión pública no se debe dejar de mantener nunca. No abandonar a pesar de las dificultades: esta es la gran lección de Welles en su centenario.
‘Mister Welles’ sirve para recordarnos que la batalla por la innovación no se debe abandonar nunca en la televisión pública