Scariolo, objetivo Río
Estaba cantado. Y ayer se consumó oficialmente, presentación incluida: Sergio Scariolo (Brescia, 1/IV/1961) vuelve a ser el seleccionador español de baloncesto. Ha firmado por dos temporadas, con un claro objetivo: llevar al equipo a los Juegos Olímpicos del 2016 en Río de Janeiro. Si es posible, mediante la clasificación directa como finalista del Campeonato de Europa de este año. Si no, pasando por el torneo preolímpico, al que acudirán del tercero al sexto del Europeo. “Un reto complicado, pero mucho más ilusionante”, en palabras del técnico italiano.
Scariolo ya estuvo al frente de la selección del 2009 al 2012. Fueron los cuatro años más brillantes de la historia, resultados en mano: los dos primeros títulos europeos y la tercera medalla de plata, segunda consecutiva, en los Juegos. El único fallo fue el sexto puesto en el Mundial del 2010, algo más explicable porque en Turquía no estaban una pieza muy importante (José Manuel Calderón) y otra sencillamente imprescindible (Pau Gasol).
Tras los Juegos de Londres, Scariolo se fue dejando peores relaciones con algunos jugadores (el primero, Ibaka, que se sentía postergado en los sistemas de ataque del entrenador, en beneficio del protagonismo de los dos Gasol) que con los responsables de la Federación Española. Es decir, su presidente, José Luis Sáez. La imagen del técnico ocupando lugares de privilegio en los pabellones durante la Copa del Mundo celebrada el año pasado en España era una prueba de ese buen rollo. Y la imposibilidad de confiar el puesto a un entrenador con contrato en vigor por un club de la ACB (gustaba Joan Plaza) ha hecho el resto, con la aquiescencia de los jugadores clave. “(Scariolo) me parece el hombre idóneo. Conoce la dinámica de la selección y de los jugadores y con él tuvimos muchos éxitos. Nadie mejor para llevar al equipo nacional”, escribía Pau en su columna semanal en Marca.
José Luis Sáez explicó ayer que la búsqueda del sucesor de Juan Antonio Orenga ha durado ocho meses y que a Scariolo “nunca lo he tratado como a un comodín”. “Han sido negociaciones
Para el seleccionador, ir a los Juegos es “un reto complicado, pero mucho más ilusionante”
muy francas. Para muchos triunfa la inmediatez, pero dentro de cuatro u ocho años tenemos que seguir siendo competitivos esté quien esté”.
“La mirada está puesta no sólo a corto, sino también a largo plazo. El recuerdo de esos cuatro años nadie lo podrá borrar, pero ahora hay retos distintos”, ratificó el entrenador, que no descarta compartir el cargo con un trabajo en la NBA, espera poder contar con Pau y Navarro en un Europeo en el que faltarán seguro Ricky Rubio y muy probablemente Ibaka (lo que debería propiciar la presencia de Mirotic) y afirma que “el gusto de compartir la pelota será clave en todos los partidos”.