La Vanguardia

Don Quijote contra Aguirre

El líder de Podemos llama “corrupta” y “gentuza” a la alcaldable del PP

- FERNANDO GARCÍA

Pablo Iglesias dejó a un lado las sutilezas en su primer mitin en campaña, celebrado anoche en Alcalá de Henares. Aunque extendió sus ataques a los gobernante­s del PP en general, a quienes llamó “ladrones, sinvergüen­zas y traidores de la patria”, el líder de Podemos se centró en la candidata a la que él y los suyos creen poder ganar en la que sería una victoria clave: la alcaldable por Madrid, Esperanza Aguirre. Iglesias se refirió a ella como “la condesa de sangre azul corrupta” y la exponente de “esa gentuza”.

El secretario general de Podemos empezó suave, haciendo honores a la tierra de Cervantes con una frase de El Quijote: “Cambiar el mundo, amigo Sancho, no es locura ni utopía, es justicia”.

La frase le sirvió como estribillo de lo que, de nuevo, sonó a rap sin dejar de ser una arenga mitinera.

Señaló Iglesias que los quijotes de la España de hoy no son él y los demás dirigentes de la formación, sino los trabajador­es en huelga para defender sus puestos. Añadió que las elecciones las va a ganar “el jugador número doce” que es, también, la gente: esa palabra que tanto gusta a Podemos. Todo muy popular. Hasta que, tras una pausa dramática, el líder afirmó: “Dicen que so- mos un partido áspero. Pues voy a ser áspero. Si no le gusta a Esperanza Aguirre, mejor”. Y entonces empezó su retahíla contra la que denominó “la mafia del PP”, la cual, según él, “ha metido la mano en la caja” al tiempo que ha “destrozado lo público”.

Antes, y en calidad de telonera, la secretaria de Análisis Político y Social de Podemos, Carolina Bescansa, se refirió a la última encuesta del CIS para decir que el PP y el PSOE están “encantados” con unas perspectiv­as elec- torales que al fin y al cabo les pronostica­n grandes pérdidas –pero atemperada­s por un considerab­le retroceso de Podemos– porque saben que se hallan “al borde del abismo” y que “se les acabó el chollo”. En su opinión, “tardarán unos meses o dos años, pero “se van”. El tránsito será no obstante difícil: “Nos va a costar porque se van a defender entre ellos con uñas y dientes”, vaticinó.

Por la mañana, Pablo Iglesias acudió al hospital madrileño de La Paz para exponer su defensa de la sanidad pública. Allí dijo que las privatizac­iones de este servicio esencial son “la cara b de la corrupción”. Fue el primer momento del día en que espetó que los responsabl­es de dichas operacione­s, así como de “las camas en los pasillos” y del aumento de las listas de espera, son “unos sinvergüen­zas y unos ladrones. Iglesias aparca la moderación.

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