Más permisos para bucear en las Medes
La nueva normativa admite más inmersiones en el pequeño archipiélago El futuro de los islotes se debate entre el interés del turismo y su preservación
Cada año se sumergen bajo sus aguas unos 60.000 submarinistas de todo el mundo atraídos por la rica flora y fauna del fondo marino. “En la zona de les Ferranelles es habitual encontrar esfirenos, una especie de barracuda, en la Pota del Llop abundan las langostas, los meros y el coral rojo, mientras que en la cueva de la Vaca habitualmente se pueden observar pulpos de gran tamaño”, explica Joan Porxas, un experimentado submarinista que acostumbra a frecuentar les Illes Medes, un archipiélago de 21,5 hectáreas de superficie integrado por siete islotes que forma parte del parque natural del Montgrí, Illes Medes i Baix Ter y que, a partir de esta temporada, se pone a prueba con una nueva regulación para las inmersiones.
Si hasta ahora se fijaba un límite diario de 450 inmersiones (396 repartidas entre los 19 centros de buceo que operan en la zona y en torno a cincuenta más para particulares), la Generalitat ha establecido ahora un cupo máximo anual que sitúa el número total de inmersiones en 76.151. Además, ha convertido la zona del Medallot en reserva integral submarina, lo que en la práctica significa que se prohíbe hacer submarinismo en este punto.
El Govern de la Generalitat cree haber encontrado con estas decisiones el equilibrio perfecto entre hacer compatible la actividad turística y la conservación del rico hábitat marino de estas islas. Pero la medida no está libre de polémica ya que si bien los centros de buceo celebran que se haya pasado de un cupo diario a otro anual, parte de la comunidad científica y entidades ecologistas la critican al considerar la cifra de inmersiones “desproporcionada” y “una amenaza” para el
DIFÍCIL EQUILIBRIO La medida no se libra de la polémica y de las críticas ecologistas por “desproporcionada”
fondo marino de las Illes Medes.
“El modelo turístico ha cambiado en los últimos años. El submarinista ahora tiene tendencia a a bucear más durante los puentes festivos o los fines de semana, de modo que un cupo anual en vez de diario nos permite gestionar mejor las inmersiones”, aseguran fuentes de los centros de buceo de l’Estartit, municipio que concentra trece de los diecinueve negocios autorizados para bucear en aguas de este parque natural. Eso permitiría, por ejemplo, que en periodos festivos o en verano, momento álgido de las vacaciones y por tanto de mayor afluencia de visitantes, los centros de buceo pueden “ser más flexibles” y no estar sujetos a la cifra actual, como ocurría hasta ahora.
Flexibilizar las inmersiones era una de las reivindicaciones de un sector, cuya actividad genera un impacto económico en la zona de diez millones de euros anuales. “El buceo es vital para nuestro destino turístico, nos ayuda a desestacionalizar la temporada y da trabajo directo a 200 personas”, asegura el presidente de la Esta-
CUPO MÁXIMO Con la nueva normativa se podrán realizar más de 76.000 operaciones al año
ció Nàutica Estartit-Illes Medes, Josep Maria Pla.
Las 76.151 inmersiones autorizadas para esta temporada se repartirán entre las quince boyas aptas para la práctica del buceo, tres más de las que había la pasada temporada.
En el sector de les Ferranelles, al sur del islote de la Meda Petita, se permitirán 11.000 inmersiones al año, seguida de la zona de La Vaca, al este de la Meda Gran, que concentrará 8.451 inmersiones y la zona del Salpatxot, en el norte de la Meda Gran y El Guix, una de las nuevas áreas de buceo, que contarán con 6.136 cada una.
El director general de Medi Natural i Biodiversitat de la Generalitat, Antoni Trasobares, ex- plica que el ajuste de buceadores por boya/año se ha realizado a partir de unos inventarios y censos marinos realizados que analizan la evolución de la biodiversidad presente en cada boya en los últimos cuatro años.
“En función de esos resultados, hemos mantenido, disminuido o incrementado en un 10% el número de inmersiones que se pueden realizar en cada punto”, asegura Trasobares. Y esa misma vara de medir es la que utilizará la Generalitat en un futuro. “Cada seis meses y durante la temporada, haremos un seguimiento del fondo marino y si observamos algún deterioro de las comunidades marinas en alguna zona, se prohibirá bucear en ese punto o disminuiremos el volumen de inmersiones”, aclara el director ge- neral de Medi Natural, que insiste en que el nuevo modelo, que entró en vigor el 1 de mayo, “garantiza el equilibrio entre la conservación y la actividad de inmersión sostenible en las Medes”.
La nueva normativa prohíbe la práctica del submarinismo en un radio de 100 metros del islote del Medallot, que se convertirá en un banco de pruebas a la hora de estudiar la evolución y recuperación de las comunidades marinas en les Medes. Esta era una de las peticiones de la comunidad científica, que, sin embargo, considera “excesiva y desmesurada” la frecuentación de este espacio.
“Las Medes es la zona del Mediterráneo y del mundo donde se realizan más inmersiones en zona protegida”, señala el investigador del Consejo Superior de In- vestigaciones Científicas (CSIC) de Blanes, Antoni García-Rubies. Si bien reconoce que es el mejor lugar del Mediterráneo para los amantes del buceo, compara las más de 60.000 inmersiones, que de media, se realizan cada año en sus aguas con las 35.000 de la re- serva francesa de Port-Cros o las 9.000 en la reserva de Palos, en Murcia.
“La degradación marina es continua. Creemos que se ha regulado atendiendo más a intere-
PROHIBICIÓN No está permitido el submarinismo en un radio de 100 metros en torno al Medallot
ses económicos que ecológicos”, señala el investigador del CSIC.
Del mismo modo opina Bernat Hereu, profesor de Ecología de la Universitat de Barcelona, que ve “desproporcionadas” las poco más de 76.000 inmersiones autorizadas para esta campaña. Asegura que existen varios estudios que demuestran que la reducción de gorgonias, briozoos y coral rojo son atribuibles, en gran parte, a la excesiva frecuentación de los submarinistas, aunque reconoce que también existen otras causas como el cambio climático o el temporal de levante de 2008 que arrasó el fondo marino.
Algunas entidades ecologistas como la Associació de Naturalistes de Girona (ANG) y la Institució Alt Empordanesa per a l’Estudi i Defensa de la Natura (Iaeden) consideran que la nueva regulación acabará convirtiendo las Medes en “un parque subacuático” y que esa “presión” puede provocar “efectos irreparables en el ecosistema”.
El representante de los buceadores de l’Estartit, Ramon Sili- ceo, asegura que al final de temporada el número de inmersiones en las Medes será similar al de otras campañas y lamenta que se culpabilice sólo a los buceadores de la degradación del fondo marino. “Nosotros somos los primeros interesados en conservarlo” afirma Siliceo, que considera que la nueva normativa de la Generalitat hace compatible la conservación del medio y la actividad turística.
Para evitar situaciones en que los buceadores pongan en peligro el medio marino, los centros de buceo se comprometen a controlar más a sus submarinistas, a hacer inmersiones tuteladas y a ofrecer explicaciones previas a las inmersión más completas, para que los clientes estén al día no sólo de cuestiones de seguridad, corrientes y profundidades sino también sobre los aspectos biológicos y algunos comportamientos como la importancia de nadar separados del fondo.
“Los problemas se evitan educando y no prohibiendo”, concluye Siliceo.