Un torneo talismán
El manacorense se cita con el número uno del mundo en los cuartos de final
Tras su victoria frente a la italiana Flavia Pennetta, el idilio entre Roland Garros y Garbiñe Muguruza sigue intacto y, por segundo año consecutivo, la hispanovenezolana se ha clasificado para los cuartos de final en la tierra parisina, donde sus opciones se multiplican a medida que avanza.
RAFA NADAL “No soy tonto; no me gusta jugar contra Novak en cuartos, pero él tampoco estará contento”
DAVID FERRER El tenista de Xàbia superó a Marin Cilic, ganador de un Grand Slam, y ahora se enfrentará a Andy Murray
Rafael Nadal se dispone a sacar por su victoria número 70 en Roland Garros y sus décimos cuartos de final en París. “¡Vamos Rafa!”, corean en la Suzanne Lenglen. Hasta el momento, el peligro de Jack Sock ha sido controlado sin grandes esfuerzos, con autoridad y galones. Después de dos mangas plácidas (6-3 y 6-1), todo apunta a que el nueve veces campeón seguirá sin ceder un solo parcial antes del más que previsible duelo ante Novak Djokovic, que al mismo tiempo pero en la Philippe Chatrier, está pasando por encima de Richard Gasquet. Y de repente, vuelven las dudas. En un abrir y cerrar de ojos: ¡pam!, ¡pam!, ¡pam! Entre derechazos y derechazos, Sock encadena tres juegos consecutivos y siembra un puñado de interrogantes, prolongando el partido a un cuarto set. Tras el susto, Nadal endereza y acaba su choque tan sólo unos minutos antes que su próximo rival, que ni duda, ni tiembla, ni suda. Ha llegado la hora. El Nadal-Djokovic ya tiene fecha: 3 de junio.
“Ma maison c’est ici à Paris”, chapurrea Nadal para deleite de los aficionados. No le falta razón. Esta es su casa, su tierra. Pero a día de hoy hay alguien que puede echarle antes de lo previsto. Nole parece más preparado que nunca para la hazaña porque en el choque que podría haberle cansado, en el mismo en el que su rival podría haber mordido, Gasquet simplemente no estuvo a la altura. Una vez más. Seis juegos, eso es lo que aguantó el pupilo de Bruguera ante el de Belgrado.
“No soy tonto. No me gusta jugar en cuartos de final contra Novak. Pero creo que a él tampoco le gustará”, responde el mallorquín cuando se le pregunta por la prueba que le espera. Será el enfrentamiento número 44 entre ambos. Un capítulo diferente, ya que lo habitual era verles luchar en las últimas rondas, con la copa de turno esperando a ser besada.
En el día en que todos los focos apuntaban a Nadal y Djokovic, David Ferrer apabulló a un Marin Cilic que no encontró un solo resquicio en el muro construido por el de Xàbia. “Creo que ha sido el mejor partido que he hecho en el torneo”, reconocía el finalista del 2013 tras borrar de un plumazo las aspiraciones de todo un campeón de Grand Slam como es el croata. En 1 h 50 m certificó el pase a sus sextos cuartos de final en París, donde le espera un Andy Murray que sigue invicto sobre arcilla en lo que va de año.
“Andy es mucho más agresivo con sus golpes en tierra y físicamente es de los mejores sin duda. Si a eso le sumas el talento y que de cabeza está más receptivo… Ahí está su año, está más tranquilo y calmado con él mismo”, analizaba Ferrer, que vive plácidamente en la sombra mientras los favoritos toman posiciones.
Los que pagaron por una entrada ayer disfrutaron de una lluvia de estrellas sin precedentes. Roger Federer, que debía haber terminado su choque de octavos el domingo, tuvo que saltar de nuevo a pista. La amenaza de Gaël Monfils quedó hecha añicos y ahora le espera Wawrinka.
No hay descanso en la ciudad de la luz, que ya se prepara para la final anticipada. Se supo el día del cumpleaños de Nole, cuando el sorteo del cuadro deparó unos cuartos entre el nueve veces rey y el eterno aspirante. Y se decidirá en el día en que Nadal cumpla 29 años. Si el regalo será dulce o amargo, no podrá saberse hasta que caiga el sol. Una cosa tiene clara el defensor del título: “Van a ser los cuartos de final más duros de mi carrera”. Pase lo que pase, París volverá a vivir el rien ne va plus. El no va más entre los dos mejores tenistas del planeta.