Lo raro es vivir
Antoni Gual,autor de ‘Locus’
Antoni Gual publica Locus, una especie de antimemorias de un antihéroe que, tras su aparente vivir en la inopia, describe de forma hilarante lo absurdo del mundo.
En la historia de la literatura hay una ilustre galería de idiotas como Don Quijote, el príncipe Myshkin y ahora el alter ego de Antoni Gual, que ha escrito en Locus (La Campana) las antimemorias de un antihéroe, que, tras su aparente vivir en la inopia, describe de forma hilarante lo absurdo del mundo. Gual nació el día más corto del año 1954 y ha tardado sesenta años en publicar. “¿Qué lees?”, pregunta el narrador a un personaje que se parece a Tony Perkins. “Nietzsche”, le responde. “¡Caray! Ese Nietzsche es muy raro, ¿no?” y el personaje que se parece a Tony Perkins, molesto, da por terminado el diálogo: “Lo que es extraño es vivir”. Y como Gual piensa que vivir además de extraño es absurdo, se refugió en los libros.
¿Cómo llegó a la literatura? Mi padre era poeta y tenía una biblioteca que me conocía de memoria. Devoraba los libros de Dickens, Tolstoi, Conrad, Stevenson…. e incluso leía en clase Guerra y paz con el libro abierto sobre las rodillas sin que me viera el profesor.
Es usted un Quijote moderno. Don Quijote deja los libros para encontrar la vida y Proust, la vida para encontrar el libro.
Cuenta su paso por el PSUC Mi padre era liberal de izquierdas y a casa iba gente de ERC o el Guti del PSUC. Cuando cumplí 18 años me llamaron para luchar contra Franco. Teníamos que introducirnos en las instituciones y a mí me tocó la Coral de Badalona, con lo poco que sé yo de canto. Después nos metimos en La Voz de Badalona. El director nos decía, ojo, que esos del PSUC se meten en todos lados. Y todos éramos del PSUC, menos Santi Soler, que era anarquista. Tenía, ay, la costumbre de apuntar todas sus citas en papelitos. La policía lo detuvo y le encontraron un papelito con una cita con Puig Antich en la calle Girona tal día a tal hora… que acabó con el tiroteo famoso.
Y hace un ajuste de cuentas con el estructuralismo francés De todos sólo aguanta Deleuze, su teoría del rizoma, ese saber ramificado, explica hoy Al Qaeda e Internet. Dostoievski enseña mejor que Freud cómo funciona la mente. La literatura nos salva de la estupidez, que es lo que define a los seres humanos. Esa estúpida fascinación por el poder, por las banderas y los himnos que les hacen temblar de emoción. Ahora se tiene miedo de Ada Colau, gente que vive de alquiler y no tiene un duro, qué idiotez. Y en cambio, no les dan miedo ciertas operaciones bursátiles o cómo actúan ciertos bancos.
PARADOJAS “Se tiene miedo de Ada Colau y no de ciertas operaciones bursátiles o de ciertos bancos”