Tarradellas ‘master class’

Cuando Josep Tarradellas cayó como un meteorito en la transición, era un desconocido para la mayoría de los catalanes y también para los líderes de los partidos españoles. Tenía más de setenta y cinco años, era un viejo de movilidad achacosa y más bien parecía el símbolo de una legitimidad perdida que un hombre con temple para intervenir en un proceso de transformación sistémica. Pero, de repente, actuó con un talento que dejó boquiabierto a unos, desconcertados y fastidiados a muchos otros. Tarradellas, de política, lo sabía casi todo. De nada, en realidad, sabía tanto.

Se ha publicado la biografía de Lluís Gausachs que ha escrito Jaume Renyer. Nueve días después de la proclamación de Tarradellas como president de la Generalitat, Gausachs fue nombrado secretario particular. Era 1954. Faltaban más de veinte años para el retorno apoteósico y, como es evidente, en el horizonte, uno y otro sólo veían un interrogante de incertidumbre. Con una lealtad canina, Gausachs debía cumplir funciones de asistencia, apoyo, representación y comunicación de una presidencia que, en la práctica, sólo existía sobre el papel. El principal interés de la biografía es, precisamente, constatar con documentos la relación entre presidente –con sus incomprensibles paranoias– y su secretario.

Uno de los capítulos reproduce el cruce de cartas entre Tarradellas y Gausachs en el tramo final de las elecciones francesas de 1965 que enfrentaban a François Mitterrand con el general De Gaulle, que las ganaría. Leer estas páginas es una master class de veteranía política. Tarradellas se recuerda a él mismo, tan tierno, como diputado en las Cortes republicanas cuando escuchaba los discursos y, pasados los años, reconocía que se habría equivocado con réplicas que nunca se atrevió a formular. Recuerda el error de provocar una ruptura dentro de Esquerra contra l’avi Macià, un mito que el pueblo jamás abandonaría. Y sobre todo entiende que la clave de aquellas elecciones dependía de coordenadas geopolíticas sobre las que había meditado a fondo. La autoridad con la cual actuaría durante la transición se explica mejor redescubriendo esta potencia de su vocación política.