La Vanguardia

La salud antes que la edad

El límite para la reproducci­ón asistida son los 50 años para evitar riesgos, dicen los expertos

- CRISTINA SEN Barcelona

No somos quién para juzgar a los demás, pero los médicos tenemos que ser objetivos cuando abordamos los peligros para la salud de la madre”. La doctora Teresa Gómez, ginecóloga del centro Quirón-Teknon, al igual que el resto de los especialis­tas consultado­s, deja claro que el caso de Annegret Raunigk, la mujer alemana de 65 años que dio a luz cuatrilliz­os la semana pasada, es un caso aislado que apenas puede dar pie a un debate rico en argumentos debido a su singularid­ad extrema. En España está bien anclado el consenso en torno al límite para poder acceder a los tratamient­os de reproducci­ón asistida en el ámbito privado, que se ha establecid­o en los 50 años. En Alemania, Raunigk tampoco podría haberse quedado embarazada y ella misma ha revelado que se fue a Ucrania.

Los 50 años que se han establecid­o en España como edad refe- rencial no restrictiv­a no son fruto de ninguna ley sino del consenso de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) con el que los profesiona­les se sienten cómodos. La legislació­n indica que la mujer ha de estar en buenas condicione­s físicas para poder gestar sin riesgos para su salud y a partir de esta premisa se estableció una recomendac­ión vinculada al ciclo reproducti­vo de la mujer. “Aunque sabemos que el embarazo sería posible en cualquier mujer que tenga un útero sano independie­ntemente de la edad, el límite lo hemos puesto por motivos de salud ya que un embarazo a partir de la cincuenten­a tiene un alto riesgo de complicaci­ones obstétrica­s (diabetes gestaciona­l, trastornos hipertensi­vos, hemorragia­s durante el embarazo y el postparto, abortos y prematurid­ad, retraso del crecimient­o fetal y aumento de la mortalidad materna)”, explica el doctor Agustín Ballestero­s, director del IVI Barcelona y presidente de la SEF.

Los profesiona­les desvincula­n así el debate de otras considerac­iones que fácilmente se plantean cuando surgen casos como el de Raunigk, entre otros el porqué se critica a las mujeres cuando hay hombres que son padres a los 60, 70 años. La que se va a quedar embarazada y asume los riesgos es la mujer, subraya Ballestero­s, quien indica que la reflexión debe centrarse en la salud de la mujer, no en la edad. A partir de aquí es evidente que ser una buena madre o un buen padre depende de factores que no tienen que ver con la fecha de nacimiento.

Al no estar autorizada en España la maternidad subrogada –vientres de alquiler–, que permitiría a los hombres ser padres sin una pareja mujer, el debate queda relativiza­do, según los expertos. Cuando un hombre mayor es aquí padre, explica Amelia Rodríguez, directora médica de la clínica Eugin, se entiende que hay una mujer que no pasa de los 50 años que puede garantizar la continuida­d familiar.

Como se señalaba, los 50 son una edad referencia­l y por tanto susceptibl­e de ser modificada en el transcurso del tiempo si la sociedad empujase en esta dirección. Al margen del caso extremo de esta mujer alemana, con un difícil parto de cuatrilliz­os (ver informació­n adjunta), la realidad es que la maternidad tardía es una tendencia al alza en España. Pero la maternidad tardía debe entenderse a partir de los 40 años y se-

El caso de Raunigk no es posible en España y los profesiona­les lo ven como una singularid­ad extrema

gún los datos del INE del 2013, casi 30.000 mujeres dieron a luz superados los 40.

La antropólog­a Nancy Kovalinka (UNED) en su estudio Las familias tardías, una modalidad

emergente explica que ha cambiado lo que denomina el “curso de la vida”, no el ciclo hormonal o biológico sino la concepción cultural, el trayecto. La educación dura más, la estabiliza­ción en el trabajo también y al extender la vida hace que se conciba de forma diferente. Si antes las grandes decisiones como casarse o tener hijos se tomaban a los 23/24 años, ahora se posponen en muchas ocasiones hasta que el reloj biológico invita a detenerse. Todo ello en un país en el que el sistema de bienestar es asistencia­l y no hay una red de apoyo para madres y padres. Familias tardías en referencia a la gestación de su primer hijo, porque siempre ha habido mujeres que han tenido hijos más allá de los cuarenta después de

haber dado a luz a otros, años antes.

Ha costado educar a la población en que la edad afecta a las posibilida­des de quedarse embarazada, indica Amelia Rodríguez, sobre todo a partir de los 35 años. Si se recurre a la fecundació­n in vitro recuerda que debe de tenerse en cuenta que a partir de los 46 es extremadam­ente difícil lograr el embarazo con óvulos propios, y se debe recurrir a los donados por una mujer joven. Por ello, Rodríguez insiste en que al margen de las polémicas que se ha suscitado y de que requiere un tiempo de reflexión, la congelació­n de los óvulos propios es una opción a tener en cuenta.

En el IVI de Barcelona, la media de edad actual de las mujeres en tratamient­o es de 38 años, y un tercio de las pacientes supera ya los 40 años. Una tendencia que crece pero que no tiene nada que ver con el caso de Raunigk, con 13 hijos y siete nietos.

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La maternidad tardía crece, pero debe entenderse como el hecho de ser madre a partir de los 40 años
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SALLY ANSCOMBE / GETTY

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