Estrategia empresarial
El mundo de hoy vive dos revoluciones: la tecnológica y la de los viajes. La mejora y el abaratamiento del transporte y las comunicaciones ha creado un nuevo colectivo heterogéneo que comparte una gran pasión: viajar. Por primera vez en la historia es posible viajar para una significativa porción de la población mundial. De los 7.200 millones de habitantes con que cuenta el planeta, en el 2014 hubo un total de 1.138 millones de turistas que cruzaron alguna frontera entre países, según datos de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Estas cifras muestran la extraordinaria dimensión del turismo como factor de cambio global y como motor de desarrollo económico. El turismo representa el 9% del PIB mundial y genera uno de cada 11 puestos de trabajo en todo el mundo. Además, las ciudades son las protagonistas del siglo XXI y su atractivo turístico es un factor que, bien aprovechado, ayuda al desarrollo económico de toda su área de influencia. A todo ello se suma que las nuevas generaciones de jóvenes de todo el mundo apuestan por los alojamientos de la economía colaborativa y usan sus móviles como fuente principal de información.
¿Qué hacer ante este nuevo escenario? Hoy en día no existe ninguna estrategia turística en el mundo que no lleve detrás el adjetivo de sostenible. Se trata de preservar los recursos medioambientales, respetar la autenticidad sociocultural de las comunidades anfitrionas y asegurar que los beneficios del turismo se trasladan al conjunto de la sociedad, favoreciendo un desarrollo más inclusivo. El desarrollo sostenible supone un cambio de paradigma también para el conjunto de la industria turística y obliga a todos los actores, públicos y privados, a afrontar nuevos retos. Entre estos desafíos figura la gestión inteligente del espacio público, la regulación en tiempo real del flujo de turistas y de su movilidad y la coexistencia amigable entre los turistas y los ciudadanos locales. También es necesaria la regulación de los nuevos tipos de alojamiento, que suponen, en muchos casos, una transformación de los usos de la ciudad y un reto al planeamiento urbano.
La sostenibilidad, y su aplicación en el sector turístico, no es sólo un conjunto de buenas intenciones, sino que constituye una acertada estrategia empresarial que produce un impacto positivo en las cuentas de resultados a través, por ejemplo, de la eficiencia energética. Además, existe un nuevo nicho de mercado para la creación de empresas que ofrezcan nuevas experiencias sostenibles. Barcelona, que cuenta con iniciativas empresariales pioneras en este campo, debe convertirse en un referente en materia de turismo sostenible a través de la defensa del comercio local, del ahorro de agua y energía, del transporte viable y mediante un nuevo pacto que nos permita a todos seguir disfrutando de uno de los mejores lugares del mundo para vivir.
Por este motivo en Turisme de Barcelona damos vida al programa Barcelona Sustainable Tourism (#BCNsustainable), que trabaja en esa dirección, y que precisamente esta misma semana, con motivo del día mundial del Medio Ambiente, celebra su asamblea anual, con la conferencia de Luigi Cabrini, presidente de Global Sustainable Tourism Council (GSTC).